• 38 “Mujeres que Reverdecen” revivieron la huerta urbana de la Fundación Hospital San Carlos, ubicada en la localidad de Rafael Uribe Uribe.
  • Con la asesoría de los profesionales del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), estas ciudadanas sembraron lechuga, apio, zanahoria, acelga, mora, gulupa, tomate de árbol y otros productos en los 220 metros cuadrados de la huerta.
  • La huerta La Carlota es uno de los principales resultados de este programa social y ambiental de la Alcaldía de Bogotá.

La huerta La Carlota reverdeció con las manos de 38 «Mujeres que Reverdecen».

En septiembre de 2021, Gloria Nelsy Jiménez, una habitante del barrio Granjas de San Pablo en la localidad de Rafael Uribe Uribe, se enteró que la Alcaldía de Bogotá estaba buscando mujeres para que participaran en un proyecto ambiental y social.

La encargada de darle la noticia fue Fanny Elsa, su mejor amiga, quien le contó de “Mujeres que Reverdecen, una iniciativa que buscaba fortalecer las coberturas vegetales de la ciudad y ayudar económicamente a la población femenina en situación de vulnerabilidad.

“Empezamos a averiguar sobre el programa. Nos contaron que querían capacitar a miles de mujeres en temas como huertas urbanas, restauración de ecosistemas y jardinería, para luego vincularlas voluntariamente en la Secretaría de Ambiente o el Jardín Botánico de Bogotá (JBB)”, recuerda Gloria.

Gloria Jiménez se convirtió en un ícono del programa «Mujeres que Reverdecen».

Luego de revisar que cumplían con los requisitos, como aparecer en la base maestra de población vulnerable del Distrito y ser madres cabeza de familia, las dos amigas decidieron inscribirse.

“Aunque yo me crie en una finca en Villavicencio, nunca había hecho una huerta o un jardín. Por eso estaba bastante temerosa al comienzo, pero Fanny me convenció. Si nos seleccionaban íbamos a trabajar juntas y seguir cultivando nuestra amistad”.

Más de 6.500 mujeres de todas las localidades de Bogotá se inscribieron en la primera fase del programa, de las cuales cerca de 1.000 quedaron en el grupo del Jardín Botánico e iniciaron sus capacitaciones a mediados de octubre.

La huerta La Carlota queda ubicada en la Fundación Hospital San Carlos.

“El objetivo del proyecto era aprender haciendo, es decir que todo lo íbamos aprendiendo en el camino mientras trabajábamos en diversas actividades que buscaban reverdecer Bogotá, como huertas, jardines y arbolado”, informó Gloria.

Una tragedia le nubló el corazón de Gloria. Fanny se contagió de covid-19 y lamentablemente no pudo ganarle la batalla al virus, una pérdida que, además de causarle un dolor inmenso, la hizo pensar en abandonar “Mujeres que Reverdecen”.

“Antes de su partida, Fanny me dijo que pasará lo que pasará, siguiera en el proyecto. Y así lo hice, como un homenaje a esa gran amiga del alma y compañera de vida”.

38 «Mujeres que Reverdecen» del JBB fueron las encargadas de revivir esta huerta.

Renace la huerta

A finales de 2021, la Fundación Hospital San Carlos, ubicada en el barrio Gustavo Restrepo, se comunicó con el Jardín Botánico para que le ayudara a mejorar la huerta urbana La Carlota, bautizada así en honor a la mamá de Gustavo Restrepo, benefactor de la fundación.

Según Alma Melo, técnica del JBB encargada de agricultura urbana en la localidad de Rafael Uribe Uribe, el primer paso fue capacitar sobre esta temática a 25 trabajadores seleccionados por el hospital, entre administrativos y médicos.

“Mancomunadamente definimos un nuevo diseño para la huerta, ya que esta presentaba problemas fitosanitarios de caracoles y hongos que afectaron la producción. El ideal era prevenir futuros ataques en los cultivos, pero de una manera agroecológica”.

La Carlota es una de las huertas más hermosas de la localidad de Rafael Uribe Uribe.

Debido al gran tamaño de la huerta La Carlota, 220 metros cuadrados, consolidar su nuevo aspecto requeriría de muchas manos amigas. Por eso, el Jardín Botánico seleccionó al grupo de 38 “Mujeres que Reverdecen” de Rafael Uribe Uribe.

Gloria fue una de las mujeres escogidas para trabajar en la huerta durante más de tres meses. “Al verla por primera vez nos dio mucho susto y hasta tristeza porque la huerta estaba muy abandonada; pero ese miedo era porque no conocíamos nuestros potenciales”.

Las 38 mujeres, guiadas por Miguel Tobar, ingeniero agrónomo y formador del JBB, empezaron de cero en la huerta; el nuevo diseño requería desmontar prácticamente toda la infraestructura antigua.

Las 38 «Mujeres que Reverdecen» trabajaron más de tres meses para revivir esta huerta.

“Lo primero que hicimos fue quitar los ladrillos del antiguo diseño y llevarlos en carretillas, una actividad que ninguna de nosotras había hecho antes. Luego, siempre guiadas por el ingeniero Miguel, pegamos los nuevos ladrillos y baldosas y le dimos forma a la huerta”, dijo Gloria.

Dos días a la semana y divididas en dos grupos, uno por la mañana y otro en la tarde, las 38 mujeres sudaron la gota gorda en La Carlota. Según Gloria, se volvieron arquitectas con los consejos, lecciones y hasta regaños de su formador.

“Aplicamos al pie de la letra lo que nos enseñó el ingeniero Miguel, quien se convirtió en un papá para nosotras. Luego de darle forma de pandereta a la huerta con ladrillos y baldosas, el paso a seguir fue arreglar el suelo: revolvimos la tierra con el compost y un estudio de suelos arrojó lo que sí se podía sembrar”.

La Carlota fue dividida en dos zonas. Esta es la de los frutales.

La Carlota fue dividida en dos áreas: la huerta, exclusiva para hortalizas como lechuga, apio, zanahoria, acelga y tomate; y el huerto, solo para frutales como mora, gulupa, tomate de árbol, uva, maracuyá, mora, uchuva, feijoa, fresa, limón y papayuela.

Para en cambio extremo de La Carlota, el Jardín Botánico suministró 16 metros cúbicos de tierra, herramientas (palas, azadones y barras), plántulas, semillas, melaza y cal, además del talento humano para hacer las capacitaciones.

“Sin embargo, todo fue un trabajo conjunto entre las 38 mujeres, el personal del hospital y los expertos del JBB. Los médicos y enfermeras que se capacitaron iban a la huerta a ayudar en su transformación y así desestresarse”, precisó Alma Melo.

La explosión de colores de La Carlota enamora a sus visitantes,

Todas las hortalizas y frutos que salen de la huerta van directamente a la cocina del Hospital San Carlos. A futuro, la fundación también espera comercializar los productos en sitios como los mercados agroecológicos.

Una zona cercana de la huerta se convertirá en un aula a cielo abierto para que la comunidad del sector aprenda sobre agricultura urbana. “Este sitio ya cuenta con un diseño y el ideal es crear otra huerta, pero con la participación de la gente”, manifestó la experta del Jardín Botánico.

Este trabajo con el Hospital San Carlos fue posible a través de un convenio suscrito entre el JBB y la Alcaldía de Rafael Uribe Uribe (464 de 2020), el cual logró consolidar más de 120 huertas urbanas caseras y comunitarias en la localidad.

La Carlota se convirtió en el aula de estas 38 «Mujeres que Reverdecen».

Homenaje

Mientras aprendía sobre agricultura urbana y ayudaba a darle un nuevo rostro a la huerta La Carlota, Gloria decidió rendirle un homenaje a su amiga Fanny con la siembra de un árbol, el cual inmortalizará aún más su amistad.

“Como la huerta está ubicada cerca de una ladera, los expertos del JBB me recomendaron sembrar un árbol allí para que en el futuro ayude a sostener la tierra. Escogí una eugenia, uno de los árboles que más le gustaba a Fanny y el cual crece a ritmo lento pero seguro”.

Al ver los frutos alcanzados en esta huerta del sur de Bogotá, un terruño agroecológico que ya ha dado cosechas bastante prósperas y numerosas, Gloria no puede evitar sentirse nostálgica y orgullosa.

En La Carlota, Gloria Jiménez se convirtió en huertera.

“Consolidamos un grupo de mujeres espectaculares y muy trabajadoras. Aunque perdí a Fanny, con este programa hice 37 nuevas amigas que seguiremos reverdeciendo varias zonas del sur de Bogotá y aprendiendo”.

El aprendizaje de Gloria no se quedó en La Carlota. Luego de este arduo trabajo, le pidió permiso a uno de sus hermanos para montar su propia huerta casera en la terraza de su casa. La llamó Juanpis, un homenaje a Juan Pablo, su hijo menor.

“Es una huerta casera y pequeña donde siembro productos que utilizamos a diario, como lechuga, cebolla, arveja y tomate, además de varias plantas medicinales. Cada vez que algo brota de la tierra me lleno de felicidad”.

Con los conocimientos adquiridos en el programa, Gloria montó su propia huerta casera.

Hito en Rafael Uribe

 La localidad de Rafael Uribe Uribe alberga sitios emblemáticos como el mirador de la Resurrección, la Piedra del Amor, los chorros de las Lavanderas, el parque estadio Olaya Herrera y el Bosque de San Carlos.

Más de 374.000 ciudadanos habitan en este sector que limita con las localidades de San Cristóbal, Tunjuelito, Antonio Nariño y Usme, muchos de los cuales llevan el arte de labrar la tierra en su sangre por pertenecer a familias campesinas.

Por eso, este sitio es conocido como uno de los terruños capitalinos donde más se realiza la agricultura urbana, una práctica que permite sembrar y cosechar de una manera agroecológica en espacios pequeños como patios y terrazas.

Rafael Uribe Uribe es una de las localidades con mayor cantidad de huertas urbanas en la ciudad.

Con el objetivo de fortalecer la agricultura urbana en este sector, a finales del 2020 el Jardín Botánico y la Alcaldía Local de Rafael Uribe Uribe decidieron aunar esfuerzos a través de la firma de un convenio.

“El convenio 464 tuvo como objetivo fortalecer 100 huertas familiares y 20 comunitarias en la localidad, además de capacitar a más de 400 personas a través de cursos básicos y especializados de agricultura urbana”, dijo Alma Melo.

Según la técnica del JBB, la puesta en marcha de esta alianza fue bastante compleja por los estragos de la pandemia del coronavirus, ya que muchos de los ciudadanos no querían participar por miedo a un posible contagio.

El JBB y la Alcaldía de Rafael Uribe Uribe suscribieron un convenio para fortalecer la agricultura urbana.

“Fue difícil llegarles porque no querían dejar ingresar extraños a sus casas y preferían capacitaciones virtuales. Tras cinco meses bastante frustrantes, la ciudadanía fue cambiando y nosotros comenzamos a fortalecer y montar nuevas huertas”.

Luego de más de año y medio de arduo trabajo, el JBB y la Alcaldía Local reverdecieron 120 huertas caseras y comunitarias, terrenos que le apuntan a la seguridad alimentaria, mitigación del cambio climático y reactivación económica de la capital.

“Muchas de estas huertas fueron creadas desde cero, como es caso de La Carlota, la huerta de la Fundación Hospital San Carlos donde participaron 38 de las “Mujeres que Reverdecen” del Jardín Botánico”.

La agricultura urbana sigue ganando terreno en el sur de Bogotá.

Para Melo, esta huerta urbana se convirtió en una gran despensa de alimentos con manejo agroecológico, tanto así que la fundación ya está comercializando varios de los productos de la huerta.

“El paso a seguir es que varias comunidades puedan ingresar a la huerta para aprender sobre agricultura urbana y ayudar con el mantenimiento del terreno. La Carlota es un hito en Rafael Uribe Uribe, un terruño agroecológico con alma y corazón de mujer”.

Jhon Barros
Author: Jhon Barros

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Jardín Botánico de Bogotá