• Leidy Marcela Ruiz y Marco Salazar, una pareja de licenciados en biología, elaboran aretes, pines, agendas, stickers, postales y mapas biodiversos con material reciclado inspirados en la fauna y flora colombiana.
  • Jaguar, manatí, chucha, pantera, alondra cornuda, guacamaya, perezoso, nutria, tortuga marina, frailejón, orquídea y clavellino, son algunas de las obras que hacen parte de Sustrato Artesanal, su emprendimiento ambiental.
  • Estos jóvenes de Ciudad Bolívar también lideran procesos de educación ambiental y agricultura urbana con los niños y jóvenes de Cerro Seco, un ecosistema subxerofítico que sobrevive en Bogotá.

Cerro Seco, un sector ubicado en una de las formaciones montañosas de la localidad de Ciudad Bolívar y que se caracteriza por albergar un semidesierto con un bosque de porte enano, fue el primer amor de Leidy Marcela Ruiz Aguilar.

Desde muy niña, el corazón de esta bogotana se aferró en los árboles pequeños, arbustos achaparrados, plantas espinosas, suculentas, gramíneas y pastizales de este lugar del sur de Bogotá, uno de los pocos relictos del ecosistema subxerofítico que le queda a la ciudad.

“Siempre he vivido en el barrio Arborizadora Alta de Ciudad Bolívar, donde está ubicada la reserva natural Cerro Seco. El amor por la naturaleza se me alborotó más cuando conocí la laguna Encantada, un cuerpo de agua que aparece y desaparece debido a los cambios de clima”.

Con el paso de los años, Leidy Marcela se percató que vivía a pocos metros de uno de los únicos sitios de Colombia donde sobrevive la alondra cornuda (Eremophila alpestris peregrina), una subespecie endémica de las zonas secas del altiplano cundiboyacense.

“La hermosa alondra cornuda está catalogada en peligro de extinción debido a la degradación y fragmentación de su hábitat. En Cerro Seco habita en los pastizales del ecosistema subxerofítico”.

La quebrada La Trompetica, que zigzaguea cerca de su casa, también la enamoró. “Cuando era niña, en esa quebrada encontrábamos muchos renacuajos y una cantidad enorme de aves de todas las formas y colores”.

La riqueza biodiversa del territorio empezó a palidecer por la mano del hombre. Según esta joven de 29 años, un frente de extracción de arena ubicado cerca de su casa le robaba horas de sueño a la familia en las noches y madrugadas.

“Nos despertábamos a las tres de la mañana al escuchar explosiones y bombazos de esa cantera. Poco a poco la montaña empezó a desaparecer, al igual que varias de las especies de fauna del territorio”.

Educación ambiental

Leidy Marcela no quería quedarse de brazos cruzados presenciado el deterioro ambiental de su hogar. Cuando se graduó de bachiller, empezó a buscar opciones académicas en las universidades públicas para estudiar algo relacionado con los recursos naturales.

“Me matriculé en licenciatura en biología en la Universidad Pedagógica de Colombia, una carrera que me cambió la vida. Además de aprender mucho sobre la biodiversidad del país, me enamoré de Marco Salazar”.

Mientras el amor florecía en el campus universitario, la pareja de futuros licenciados en biología se trazó un proyecto a futuro: hacer educación ambiental a través del arte, una pasión que ambos compartían.

“Marco es experto en dibujar, pintar e ilustrar y a mi me apasiona mucho el tejido. El primer paso para darle forma a nuestro proyecto fue participar en el semillero de investigación de enseñanza en biología y diversidad cultural de la universidad”.

En el semillero de la Universidad Pedagógica, Leidy Marcela y Marco se fueron por la línea de investigación de bioarte. “No queríamos algo tan disciplinado y basado en números. Nuestro ideal era trabajar en algo más sensible para llegarle a la gente”.

En su paso por la universidad, la joven empezó a trabajar con la población víctima del conflicto armado de Ciudad Bolívar en un proyecto relacionado con las violencias que sufren los territorios.

“Las personas no son las únicas víctimas del conflicto armado. La flora, fauna, los cuerpos de agua y demás recursos naturales del territorio también se ven muy afectados por este flagelo en nuestro país”.

Homenaje a la biodiversidad

Con todos los conocimientos adquiridos en la universidad y el semillero, hace tres años Leidy Marcela y Marco le dieron vida a Sustrato Artesanal, un emprendimiento ambiental y educativo que tiene a la biodiversidad de Colombia como protagonista.

“Sustrato, un proyecto que nació en la mitad de la pandemia del coronavirus, empezó con la elaboración de agendas con ilustraciones y tejidos de varias especies de la fauna y flora del país, como la alondra cornuda de Cerro Seco”.

Con estas agendas, estos jóvenes de Ciudad Bolívar querían que la ciudadanía conociera la biodiversidad colombiana y se enamorara de ella. “Además de dibujos e ilustraciones, estas agendas cuentan con la historia y características de las especies”.

Las redes sociales, @sustrato_artesanal en Instagram y Sustrato Artesanal en Facebook, fueron las ventanas para poder comercializar las primeras creaciones personalizadas, obras que le rinden un homenaje a la biodiversidad nacional.

“Quisimos ir más allá y por eso comenzamos a elaborar aretes, pines, stickers, postales y mapas biodiversos con seis especies bogotanas, como el copetón y la alondra cornuda. Así empezamos a hilar, pintar y transformar el mundo desde el arte”.

Sustrato Artesanal no podía quedarse únicamente con la flora y fauna de la ciudad. Como Leidy Marcela y Marco habían recorrido varias zonas del país en sus años universitarios, decidieron ampliar el portafolio con más tesoros biodiversos.

“En la universidad hicimos muchas salidas de campo a la Amazonia, donde pudimos conocer la biodiversidad y hablar con varias comunidades indígenas. Por eso, la mayoría de especies que ilustramos son de esta hermosa región del país”.

El catálogo de esta pareja de licenciados en biología está conformada por cerca de 60 especies de la flora y fauna del país, un número que crece seguido porque elaboran su arte con las plantas y animales que les pide la ciudadanía.

“El único requisito es que sean de la biodiversidad colombiana. Sustrato nunca va a tener una especie de afuera o algunas de las invasoras que tanto daño le hacen a nuestros ecosistemas, como los hipopótamos que hay en el Magdalena Medio”.

El reciclaje hace parte de este emprendimiento ambiental. Por ejemplo, según Leidy Marcela, los aretes y pines son elaborados con MDF 2.5, un aglomerado de material reciclado que se parece a la madera.

“Tratamos que todo lo que utilizamos en Sustrato sea lo más amigable posible con el medio ambiente. Por eso trabajamos con resinas artesanales, hilos naturales y pinturas menos ácidas. El objetivo es que nuestro proceso no contamine”.

Cada una de las obras de arte de la biodiversidad es única. Los licenciados no utilizan fotografías o imágenes de internet para calcar las figuras; este proceso creativo, liderado por Marco, empieza en el computador.

“Él ilustra las especies en programas como Illustrator. Luego, la imagen se plasma en el material reciclado e inicia la fase de corte y pintura. En el caso de las agendas, yo me encargo de hacer los tejidos con las formas de las especies”.

Aunque la idea de Sustrato Artesanal fue de Leidy Marcela y Marco, este es un emprendimiento familiar donde participan varios familiares de la licenciada. Por ejemplo, Nicolás, su hijo de 10 años, ya les está ayudando con las ilustraciones.

Andrea, su hermana, es escritora y les ayuda con los escritos y poesías de las agendas; su papá hace los domicilios de los encargos que pide la ciudadanía en su moto; la mamá colabora con la publicidad; y un sobrino participa en la pintada de los pines y aretes.

“Sustrato es un emprendimiento que también le ha cambiado la forma de pensar a mi familia. Antes pocos estaban interesados en cuidar a la naturaleza y ahora nos articulamos para llevar el mensaje de la conservación a toda la ciudadanía”.

Amar lo nuestro

En un mapa de Colombia pintado con colores rosados y naranjas, Leidy Marcela y Marco exhiben las cerca de 60 especies de la fauna y flora nacional que hacen parte de su emprendimiento artístico y biodiverso.

Jaguar, pantera, nutria, pirarucú, guacamaya, chucha, borrachero, copetón, tortuga marina, alondra cornuda, frailejón, colibrí barbudo, tucán, cardenal, perezoso, orquídea, victoria amazónica y varias mariposas y abejas, son algunas de las joyas de este catálogo.

“La mayoría de las personas se inclinan por las especies que son muy coloridas, como es el caso de las mariposas y los colibríes. Por ejemplo, son pocos los que nos contactan para pedir una chucha, alondra o manatí, porque no tienen esos colores llamativos”.

Leidy Marcela asegura que varias personas los han contactado para pedirles jirafas, leones y elefantes. Cuando esto pasa, lo primero que hacen es hablarles sobre la riqueza biodiversa de Colombia, más de 75.000 especies de flora y fauna.

“El espíritu de Sustrato es que los ciudadanos del país conozcan y se enamoren de la biodiversidad del territorio. Si no logramos convencerlos con nuestras especies, no nos importa perder los clientes; el objetivo es hacer arte y educación ambiental con lo nuestro”. 

La cucha (Didelphis marsupialis) o zarigüeya fue difícil de enamorar al público al inicio del emprendimiento. Según Leidy Marcela, la gente quedaba aterrada al verla entre el catálogo de biodiversidad porque piensan que es un rata.

“Es un marsupial hermoso que dispersa semillas, pero lamentablemente es uno de los animales más maltratados por la ciudadanía. Cuando les contamos su historia e importancia, la gente la compra y se enamora de ella”.

Algo similar le ocurre a las dos especies de manatí de Colombia: el del Caribe y el amazónico. “Como es de color grisáceo y tiene cuerpo robusto, a la gente no le llama mucho la atención. Pero siempre va a estar en nuestro catálogo y seguiremos sensibilizando a la gente sobre su importancia”.

Otros representantes de la fauna nacional que no llaman la atención de los clientes son todos los peces y el copetón. “Muchas personas desconocen la importancia que tiene un pez para los ecosistemas y las personas. En Bogotá no piden mucho al copetón, a pesar de que es el ave más representativa de la ciudad”.

Para romper con estos paradigmas, los emprendedores ambientales realizan un trabajo de pedagogía con la clientela. “Aunque respetamos los gustos de cada persona, antes de la compra les contamos la historia de las especies que no llaman tanto la atención y a veces cambian de parecer”.

¿Y Cerro Seco?

Sustrato Artesanal tiene dos líneas de acción: la primera es el emprendimiento, es decir los aretes, pines, agendas, postales, mapas de biodiversidad y stickers de la flora y fauna de Colombia que son ofrecidos en las redes sociales. 

La segunda es una línea de educación ambiental que tiene a Cerro Seco y Ciudad Bolívar como protagonistas, los territorios que enamoraron desde pequeña a Leidy Marcela y los cuales la motivaron a hacer algo por el medio ambiente.

“Trabajamos con los Guardianes de Cerro Seco, niños y jóvenes a los que les llevamos conocimiento biológico y científico a través de recorridos por el territorio, caminatas donde conocen la biodiversidad y las problemáticas ambientales”.

Sustrato suma dos ciclos de trabajo con estos guardianes entre los dos y 18 años de edad. “Al conocer las problemáticas ambientales del territorio caminando la montaña, estos niños y jóvenes reflexionan y ahora nos están ayudando a cuidar la zona a través de la educación”.

Leidy Marcela y Marco han realizado talleres de entomología y botánica con estos pequeños. “Varias de las postales que hacen parte del emprendimiento provienen de dibujos que hicimos con los niños y jóvenes de Cerro Seco”.

El trabajo de educación ambiental de Sustrato Artesanal es a través del diálogo y el respeto. “Nunca respondemos con violencia. Cuando evidenciamos alguna afectación, invitamos a la comunidad a caminar el territorio y sensibilizar a la población para proteger a nuestro bosque enano, el hogar de la alondra cornuda”.

Los Guardianes de Cerro Seco ahora cuidan y defienden su territorio. “También los hemos llevado a varios programas de radio de la Pedagógica, donde han contado la historia del lugar, y a las exposiciones del Museo de Historia Natural de la universidad”.

Estos pequeños han podido conversar con varios indígenas de la Amazonia y los muiscas de Soacha, comunidades que les enseñaron a respetar el territorio y pedirle permiso a la naturaleza cada vez que se ingresa a un sitio natural.

“Aunque nuestra línea de educación ambiental está en Cerro Seco, queremos ir más allá. Nuestra lucha no debe ser individual sino construir un tejido con otros colectivos a través de una futura escuela del conocimiento; ese es nuestro próximo proyecto”.

Con el Planetario de Bogotá y la comunidad indígena ocaina de la Amazonia, Sustrato trabaja en un proyecto de tecnologías ancestrales sobre el tejido, el cual se basa en rescatar las memorias bioculturales, prácticas, creencias y conocimientos relacionados con la naturaleza. 

“Es un laboratorio de tecnologías ancestrales donde vemos cómo los indígenas representan su cultura en los tejidos, como los ríos, las subidas y bajadas de agua y los peces, animales que para ellos son personas”.

También hacen parte del Costurero Kilómetros de Vida y Memoria, un grupo conformado por víctimas del conflicto armado donde se habla del cuerpo, el territorio, las plantas medicinales y las memorias bioculturales.

“Varios compañeros y profesores de la universidad se han unido a alguno de los proyectos educativos de Sustrato. La educación no es solo para los niños y jóvenes: debe ser intercultural e intergeneracional”.

Con Sustrato Artesanal, Leidy Marcela y Marco buscan hacer una pedagogía sensible hacia el cuidado de la vida. “Por eso, nosotros no hacemos productos sino creaciones que nacen desde la experiencia y el sentir con las comunidades. Llevamos el mensaje de cuidar la vida de todas las especies en general”.

Huerteros

La agricultura urbana también hace parte del emprendimiento ambiental y familiar liderado por esta pareja de jóvenes licenciados en biología, un proyecto que está dejando huella.

El frente de su casa en Arborizadora Alta, donde elaboran las obras de arte de la biodiversidad colombiana, cuenta con una huerta casera repleta de plantas medicinales y aromáticas libres de químicos.

“Esa huerta también nos ha inspirado para hacer algunos aretes y pines con algunas de las especies medicinales. La que más llama la atención es la lavanda, una planta con una flor morada que alivia el estrés y relaja mucho”. 

Leidy Marcela y Marco también realizan procesos de agricultura urbana con los niños y jóvenes de Cerro Seco. “Hacemos talleres para que aprendan sobre la importancia de cultivar y consumir alimentos sanos”.

Por ejemplo, en los recorridos que hacen por Cerro Seco con estos guardianes, solo llevan alimentos sanos y que no generan contaminación. “Les preparamos platos con vegetales, algunos de las huertas, los cuales jamás empacamos en icopor o plástico”.

Sustrato Artesanal fue invitado a participar en el Mercado Campesino Agroecológico del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) realizado el primer fin de semana de agosto, un encuentro donde la ciudadanía quedó maravillada con el emprendimiento.

“Nos fue muy bien en el Mercado Campesino. La gente compró muchas de nuestras obras y los sensibilizamos sobre la biodiversidad de Colombia. Salimos contentos de este evento que tiene al campo como protagonista”.

Los jóvenes presentaron su más reciente obra: el clavellino o Mutisia clematis, la planta insignia del Jardín Botánico. “Claudia Veloza, profesional de la entidad, fue la que nos encargó ilustrar esta hermosa planta que no conocíamos”.

Este año, Leidy Marcela y Marco tienen proyectado sacar varias nuevas líneas. La primera será ‘Mis amigos vecinos’, seis especies emblemáticas de la fauna de Bogotá que incluirá a las tinguas y la torcaza.

“También vamos a ampliar la colección de felinos (solo tenemos el jaguar y la pantera) y ya estamos trabajando en encargos de la danta, el oso de anteojos y el pez capitán de la sabana. Además, estamos pensando en ilustrar varias de las especies de la agricultura urbana”.

Las personas que quieran aprender y enamorarse más de la biodiversidad colombiana a través de los aretes, pines, postales y agendas de estos jóvenes emprendedores y amantes de la naturaleza, solo deben contactarlos en las redes sociales de Sustrato (@sustrato_artesanal en Instagram y Sustrato Artesanal en Facebook).

“Allí encontrarán nuestro catálogo y nos pueden pedir la especie del país que quieran. Los encargos se los llevamos hasta sus casas con la información de cada una de las especies que escogieron. Los invitamos a enamorarse de la biodiversidad nacional a través de nuestro arte”.

Jhon Barros
Author: Jhon Barros

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Jardín Botánico de Bogotá