• Cientos de ciudadanos de varias localidades de la capital se dieron cita el pasado fin de semana en el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) para comprarles productos a 15 agricultores urbanos, 10 productores campesinos y cinco emprendedores.
  • Los canastos, carritos y bolsas de tela de los visitantes salieron llenos de verduras, hortalizas, plantas medicinales, condimentarias, frutas, miel, plántulas, lácteos, huevos, achiras y amasijos.
  • El próximo mercado campesino agroecológico, iniciativa del JBB con apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico, será el sábado 2 y domingo 3 de abril.
Mercados campesinos

Cientos de ciudadanos salieron con sus bolsas y carritos llenos de verduras, hortalizas y frutas.

Marta Orobajó, una bogotana descendiente de los muiscas, empezó a alistar las lechugas, repollos, coliflores, mazorcas, pimentones y acelgas que cosechó en dos huertas urbanas a las 5 de la tarde del pasado viernes 4 de marzo, un día que estuvo pasado por agua.

A esa misma hora, 36 mujeres que hacen parte de la red agroecológica del cabildo muisca de Bosa, llegaron a su casa, en el barrio La Paz, para entregarle más verduras, hortalizas y frutales, productos cultivados con prácticas agroecológicas y sin ningún tipo de químico en huertas caseras o comunitarias.

“Yo soy la representante de las familias del cabildo que hacemos agricultura urbana designada para asistir a los mercados campesinos agroecológicos del Jardín Botánico, un evento que se realiza el primer fin de semana de cada mes y el cual nos permite comercializar nuestros productos y darnos a conocer”, afirma esta madre de dos hijas.

Mercados campesinos

Las plantas aromáticas y medicinales fueron protagonistas en el mercado campesino.

Luego de ordenar toda la mercancía agrícola, Marta llamó a un señor para que la recogiera al otro día bien temprano en su carro. “A las 5 de la mañana del sábado ya estaba lista con doña Alicia, la abuela de mis hijas. Hacia las 7 de la mañana llegamos a la plazoleta principal del Jardín Botánico, donde comenzamos a organizar las verduras y hortalizas en los stands de la carpa que nos designaron”.

María Dolores Salazar, a quien sus amigos llaman Lolita, llegó a la misma hora con sus ajíes, plantas aromáticas y medicinales, hojas de sábila y frascos de chimichurri caseros, productos que saca de una huerta que tiene en su casa, ubicada en el barrio La Victoria (localidad de San Cristóbal).

“Siempre participo en los mercados campesinos y soy una de las primeras en llegar. Salgo de mi casa cuando el sol aún está oculto en las montañas y cojo un taxi para llevar mis hortalizas. Como ya estoy pensionada, ahora me dedico de lleno a darle amor a mi huerta”.

Mercados campesinos

Lolita Salazar llevó sus ajíes y plantas aromáticas a la octava versión del mercado campesino.

Según Lolita, su constante presencia en estos mercados le ha permitido vender cada mes los productos que salen de su huerta y hacer nuevas amistades. “Con la agricultura urbana vuelvo a mi época de niña en los cultivos de la ruralidad de la localidad. En los mercados todos somos una familia: nos apoyamos para cambiar los billetes, hacemos trueques y no competimos. Nos une el amor por la tierra y la naturaleza”.

Elizabeth Sánchez, habitante de Suba y descendiente de los muiscas que gobernaron esta localidad en la época prehispánica, llegó al mercado con paquetes llenos de repollos, acelgas, ajíes, cilantro, acelgas y lechugas, alimentos que siembra y cosecha desde hace más de seis años en la huerta que tiene en su casa.

“Con mi huerta le hago un homenaje a mis raíces muiscas, un pueblo indígena experto en los cultivos de maíz que amaba la naturaleza. Mis abuelos y tatarabuelos fueron fundadores de Suba, indígenas que cultivaban mucho maíz y papa. A todos los que me compran los productos les cuento esa ancestralidad que todos llevamos en nuestra sangre”.

Mercados campesinos

Marta Orobajó, descendiente de los muiscas, no se pierde ningún mercado campesino agroecológico.

Según Elizabeth, al que madruga le va mejor. “Me gusta organizar mis hortalizas con calma para así no estar estresada en el momento en que llegan los visitantes. Me gusta atenderlos contenta y siempre con una sonrisa o una palabra amena; si no madrugo me toca estar a las carreras”.

Con el correr de las manecillas del reloj, la plazoleta del Jardín Botánico empezó a pintarse de verde con las hortalizas, verduras, frutales y plantas aromáticas de los 15 agricultores urbanos que participaron en la octava versión del mercado campesino agroecológico, habitantes de las localidades de Usme, Teusaquillo, Suba, Sumapaz, Engativá, San Cristóbal, Barrios Unidos, Bosa y Santa Fe.

Hacia las 8 de la mañana, el lugar ya parecía una plaza de mercado llena de las hortalizas y verduras de huerteros como Alexandra Arias, una joven que con su madre tienen la huerta Micaela en Suba; los tomates, lechugas y la menta piperita de Miriam Pérez, que lleva 12 años sembrando en la localidad de San Cristóbal; y las papas nativas y tés de yacón de unos esposos que cultivan en Sumapaz.

Mercados campesinos

Elizabeth Sánchez, huertera de Suba, vendió todas sus verduras y hortalizas.

Juan Calderón, habitante de Engativá, llevó sus jaleas y arequipes naturales; Otilia Sanabria la miel, propóleo y polen de abejas que saca de un apiario que tiene en una huerta en Usme; y el colectivo Guakes del Zuque los jabones, cremas y esencias elaboradas con romero, lavanda, menta y hierbabuena.

Por su parte, Guillermo Moya participó con varios productos que elabora con hongos cultivados en huertas; María Cecilia Galindo con los arándanos, fresas y lechugas que siembra en una huerta en Guasca; y Gladys Zúñiga con las especias condimentarias que siembra en una huerta en Usme.

Además de los productos de las huertas urbanas, la octava versión de los mercados campesinos del JBB, iniciativa que cuenta con el apoyo de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), tuvo la presencia de 10 productores campesinos y cinco emprendedores de la ciudad.

Estos emprendedores deleitaron a los visitantes del mercado con yogurt, quesos, café, tubérculos, huevos, frutas, amasijos colombianos, achiras, chocolates, empanadas, mermeladas, galletas, masato, mantecadas, pan de yuca, pan con cereal, helados de quinua, salpicones, jugos y harina de plátano, entre otros.

Mercados campesinos

Las papas nativas de Sumapaz se robaron la atención en el mercado campesino.

Éxito rotundo

Cientos de ciudadanos asistieron durante los dos días del mercado campesino agroecológico (sábado 5 y domingo 6 de marzo) para comprar productos sanos y conocer las historias de vida de los huerteros y productores campesinos. María López y Sonia Marlén Peña, dos amigas de antaño que viven en Puente Aranda, decidieron destinar su fin de semana para ir a mercar al Jardín Botánico.

“Me enteré del evento por la televisión y enseguida le dije a mi amiga que fuera preparando más de cinco talegos de tela para llenarlos con hortalizas y frutas. Invitamos a mi nieta Lorena, para que así conociera lo bonito que es comprarles a los campesinos y huerteros”, dijo María.

Estas tres mujeres encontraron todo lo que necesitaban. “Muchas frutas y verduras frescas y con colores hermosos, además de aromáticas y plantas ornamentales para decorar las casas. También le dimos gusto al paladar con las cocadas, arroz con leche, miel y café de los emprendedores”.

Mercados campesinos

Muchos ciudadanos llegaron al mercado campesino en bicicleta y con sus familias.

Según las visitantes, además de llenar sus neveras con productos sanos y frescos, la experiencia en el mercado fue más bonita al conversar con los huerteros, campesinos y emprendedores de la capital.

“Las señoras que tienen huertas nos contaron cómo han logrado comercializar sus productos y todo el cuidado y trabajo que hacen para sembrar. Es maravilloso conversar con nuestros campesinos, personas guerreras que debemos valorar y apoyar; son los que nos dan de comer y un tesoro nacional”, precisó Sonia.

Lorena Rodríguez, la joven de este trío de mujeres, comprendió que el trabajo de los campesinos debe contar con todo el apoyo de la ciudadanía. “Sin ellos no tendríamos qué comer. Además, los productos que vienen del campo y las huertas son más económicos y saludables. Todos los jóvenes debemos apoyarlos y valorarlos”.

Mercados campesinos

María Cecilia Galindo llevó los arándanos, fresas y lechugas que siembra en una huerta en Guasca.

Cada vez que hay mercados campesinos en el Jardín Botánico, Leila Vergara, habitante del barrio San Marcos en Engativá, va con su esposo Oscar e hijo Santiago luego de montar cicla en el Salitre. “Compramos verduras saludables u orgánicas, arándanos, achiras, uchuvas, huevos y acelgas de colores. Siempre mercamos en familia en el JBB, algo que me encanta por la calidad de los productos y por apoyar a los pequeños productores”.

Olga Roncancio, habitante de la localidad de Fontibón, escuchó en la radio que la directora del JBB, Martha Liliana Perdomo, estaba invitando a los ciudadanos a participar en una nueva jornada de los mercados campesinos agroecológicos, un evento que no había tenido la oportunidad de conocer.

“En seguida le dije a mi esposo que alistara las talegas ecológicas. Llegamos el sábado bien temprano y en seguida me antojé de comprar por el color y la frescura de las hortalizas de los huerteros, tanto así que me aventuré con productos que nunca había mercado, como el cebollín. Todo lo que exhiben se ve muy bonito”.

Mercados campesinos

Las jaleas naturales de Juan Calderón estuvieron entre los productos más vendidos.

Esta ciudadana le hace una invitación a todos los habitantes de la capital para que hagan mercado en estos espacios y así apoyen a los campesinos. “Acá los productos provienen de las fincas o huertas de los campesinos y no están llenos de químicos. Debemos alimentarnos más sanos y ayudarles a todas las personas que trabajan duro para sobrevivir labrando la tierra”.

Encizar García, habitante del barrio Bosque Popular en Engativá, decidió volver con su esposa al encuentro campesino. “La primera vez que vinimos fue en el mercado de febrero, cuando quedamos deleitados con la calidad y precios de las hortalizas y verduras; por eso decidimos regresar”.

Los esposos salieron con sus bolsas de tela repletas de productos sembrados de una forma agroecológica. “No hay nada mejor que alimentarse con productos frescos que salen del campo e ingresan de una a la olla. Tenemos que seguir apoyando a los huerteros y campesinos de nuestra ciudad en estos eventos, ya que no hay intermediarios que se queden con las ganancias”.

Mercados campesinos

Los colores vivos y la frescura de las hortalizas de las huertas, atraen a los visitantes.

Olga Patricia Moya, habitante de la localidad de Engativá, ya tiene agendado el primer fin de semana de cada mes para ir a este mercado campesino. “Ya he venido varias veces y siempre salgo muy satisfecha por los productos y la atención. Se nota todo el amor que los huerteros y productores le ponen a sus emprendimientos”.

Esta ciudadana siempre está pendiente de las redes sociales del JBB para cumplir con su cita mensual con el campo. “Ojalá fueran todos los fines de semana, pero entendemos que cultivar y cosechar no es cosa fácil. En esta ocasión compré unas papas nativas que ya había consumido, las cuales son más ricas y están más rápido que las tradicionales. En estos espacios tenemos la posibilidad de alimentarnos sanos y así dejar de meterle al organismo tanta contaminación”.

Cita con el campo

Los mercados campesinos agroecológicos son realizados por el Jardín Botánico de Bogotá en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico. Según Martha Liliana Perdomo, directora de la entidad, es una iniciativa que promueve el tejido social, la seguridad alimentaria y el intercambio de saberes.

“En estos espacios se ofrecen alimentos con manejo agroecológico a precios justos y sin intermediarios, apoyando así los emprendimientos que aportan a la reactivación económica de nuestra ciudad”.

Mercados campesinos

En familia. Así mercaron varios de los ciudadanos que asistieron el fin de semana pasado al JBB.

La próxima cita de los mercados campesinos será los días sábado 2 y domingo 3 de abril. “Allí encontrarán varios agricultores urbanos y periurbanos de distintas localidades de la ciudad, los cuales han recibido capacitación, asistencia técnica o fortalecimiento en agricultura urbana por parte del JBB y tienen productos de sus huertas para comercializar”, dijo Perdomo.

Los ciudadanos que quieran estar enterados de todo lo relacionado con la agricultura urbana, como las historias y emprendimientos de los huerteros, lo pueden hacer visitando el portal de Bogotá es mi Huerta’ (https://bogotamihuerta.jbb.gov.co/), una plataforma de co-creación dedicada totalmente a esta actividad que reverdece la ciudad.

“Si aún no tienes tu huerta y estás interesado en recibir asesoría por parte del JBB en Bogotá, agradecemos escribirnos al correo agriculturaurbana@jbb.gov.co”, puntualizó la directora del Jardín Botánico.

Jhon Barros
Author: Jhon Barros

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Jardín Botánico de Bogotá