- Está ubicado en una de las huertas del colegio distrital Carlos Albán Holguín y es liderado por cuatro docentes de ciencias naturales y 120 estudiantes.
- El Jardín Botánico asesoró técnicamente este proyecto. Les entregó 625 gramos de semillas nativas y criollas de 13 especies y varios frascos de vidrio.
- Waira, nombre de este banco estudiantil que significa diosa del agua, surtirá de semillas y conocimientos a siete planteles educativos distritales de la zona.
El verde manda la parada en Carlos Albán Holguín, una institución educativa distrital de la localidad de Bosa con más de medio siglo de vida y donde 1.620 niños y adolescentes estudian preescolar, primaria y secundaria en los horarios de la mañana y la tarde.
Desde 2019, este colegio ubicado en el barrio del mismo nombre se subió al bus de la agricultura urbana. Con el apoyo y asesoría técnica del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), varios docentes y estudiantes montaron cinco huertas.
Los colores de las hortalizas, frutales y especies medicinales de estos terruños agroecológicos le dan vida a un sector gobernado por el ladrillo y el asfalto. Las miles de plantas que allí siembran, son el sitio de alimento y refugio para las aves e insectos, los grandes polinizadores del planeta.
Estas cinco huertas institucionales también se han convertido en lugares claves para algunos representantes de la fauna de Tibanica, un humedal de 28,8 hectáreas situado a pocas cuadras del plantel educativo y que fue nombrado por los muiscas como el portal de los altares.
Según Marisol Peña, docente de ciencias naturales que lidera Insectívate, el jardín biodiverso y huertero más antiguo del colegio, este proyecto está conformado por hábitats que imitan los ecosistemas naturales.
“Una parte fundamental de estos espacios verdes biodiversos son los polinizadores, pequeños animales que son principalmente insectos como las abejas, mariposas, avispas, escarabajos y moscas, y que juegan un papel crucial en la reproducción de muchas plantas”.
La huerta Galería Albanista, es un amplio terreno creado hace tres años por iniciativa de Gilberto Ceballos, coordinador del proyecto de ciencias naturales, con el apoyo de varios docentes y estudiantes.
“Esta zona era utilizada como depósito de los pupitres dañados. Con muchas manos amigas, como más de 100 estudiantes de primaria y bachillerato y profesores de ciencias naturales, transformamos el espacio en una huerta agroecológica”.
Además de cerca de 10 eras o camas donde la comunidad estudiantil siembra y cosecha diversas hortalizas y plantas medicinales, esta huerta cuenta con coloridos murales que honran a la naturaleza y un sitio de conciliación.
“A través del programa ECO (Entornos Educativos Protectores, Confiables y Seguros), construimos una yurta donde varios profesionales atienden a los estudiantes que presentan conflictos de primer grado”, dijo Gilberto.
Galería Albanista, Insectívate, De Media, Media Mañana y Semilleros de Ilusiones, las cinco huertas del colegio, hacen parte del Proyecto Ambiental Escolar (PRAE), una estrategia pedagógica que busca promover propuestas educativas y resolver inquietudes y necesidades ambientales.
Cada una cuenta con iniciativas propias, como de uso responsable del agua, disposición de residuos, cambio climático y conservación de la biodiversidad. Todas reciben capacitaciones e insumos por parte de las Subdirecciones Técnica Operativa y Educativa y Cultural del Jardín Botánico de Bogotá.
“Llevamos varios años trabajando de la mano con este colegio, uno de los sitios de Bosa más exitosos en agricultura urbana. Los docentes y estudiantes se han convertido en huerteros”, mencionó Rodrigo Intencipa, profesional de campo del JBB en esta localidad.
Banco satélite
En septiembre de 2023, el Jardín Botánico inauguró su sexto banco de semillas agroecológicas en la localidad de Bosa, un reservorio de tesoros ancestrales nativos y criollos ubicado en el Cabildo Indígena Muisca.
La entidad lo surtió con miles de semillas de 21 especies, como maíces de colores, habas, frijoles y tomates, y se lo entregó a descendientes de los antiguos pobladores y originarios del territorio de Bacatá.
“Los líderes del cabildo lideran los préstamos de semillas a los huerteros de Bosa. A la fecha, hemos consolidado 10 bancos de semillas en Bogotá: uno madre, ubicado en el JBB, y nueve comunitarios”, informó Juan David Córdoba, coordinador de esta estrategia.
Los docentes del colegio Carlos Albán Holguín conocen el reservorio de semillas de su localidad y algunos han hecho préstamos para surtir las huertas estudiantiles con especies criollas y nativas. Sin embargo, siempre han querido contar con su propio banco.
Según Córdoba, el JBB quiere fortalecer esta estrategia agroecológica con la conformación de bancos satélites de semillas, es decir sitios a menor escala que se van a conectar con los procesos de los bancos comunitarios.
“Los colegios con proyectos de agricultura urbana son ideales para estos bancos satélites. Además de estar en sitios cerrados y ser liderados por los docentes y estudiantes, pueden conformar redes con otros planteles educativos de la zona”.
Gilberto Ceballos, el docente líder de la huerta Galería Albanista, contaba con el lugar para crear el primer banco de semillas estudiantil impulsado por el Jardín Botánico: un pequeño cuarto rectangular de nueve metros cuadrados que era utilizado como depósito o cuarto de San Alejo.
“Juan David y Carlos Salamanca, profesionales de los bancos de semillas del JBB, visitaron el depósito. Aunque nos dijeron que debíamos hacer varios arreglos, dieron luz verde para consolidar el proyecto”, dijo el coordinador.
Liderados por Gilberto, Linda Acevedo, Fabián Salamanca y Adriana Angarita, docentes de ciencias naturales, empezaron a adecuar el antiguo depósito para convertirlo en el futuro banco escolar de semillas agroecológicas del plantel educativo.
Cambiaron varias de las láminas de plástico que servían como paredes, arreglaron el tejado, hicieron rectángulos para que entrara el aire, retiraron los residuos sólidos, montaron repisas en su interior y le dieron una nueva forma al piso.
“Mientras arreglábamos el sitio, los profesionales del JBB nos dijeron que, antes de montar el banco de semillas, era necesario capacitar a la comunidad estudiantil sobre esta estrategia pionera en la ciudad”, mencionaron los docentes.
Capacitaciones
Los docentes de este colegio distrital que lideran las cinco huertas y 120 estudiantes desde grado tercero de primaria hasta once de bachillerato, participaron en varios talleres teórico-prácticos brindados por Juan David Córdoba y Carlos Salamanca.
En esta primera sesión, los profesionales del JBB abordaron las políticas relacionadas con el manejo de semillas en Colombia y temáticas como definición, partes y tipos de semillas (sexuales y asexuales) y sus cuidados básicos.
“Luego realizamos una actividad práctica donde identificaron procesos claves en la planimetría de la huerta, como áreas de producción, características de sanidad vegetal, estructuras reproductivas de las plantas para la generación de semillas y densidad de siembra”.
Según Córdoba, esta dinámica permitió comprender la importancia de una planificación eficiente para optimizar el uso de los espacios productivos en el colegio, fomentando así las prácticas sostenibles y agroecológicas.
El segundo taller estuvo enfocado en la administración de un banco de semillas agroecológicas. Se trataron aspectos como los equipos y condiciones de almacenamiento que garantizan la viabilidad de las semillas a lo largo del tiempo.
Los estudiantes y profesores participaron en una actividad práctica donde identificaron distintos frutos y sus estructuras con el objetivo de extraer semillas de manera adecuada. Se trabajaron parámetros fundamentales para la conservación, selección y almacenamiento de semillas.
“Esto les permitió conocer estrategias para preservar la calidad genética y productiva de las especies cultivadas. La sesión reforzó la importancia de la autonomía alimentaria y la seguridad de los recursos agrícolas mediante un manejo responsable de las semillas”, indicó el profesional del JBB.
Las actividades se llevaron a cabo tanto en las aulas como en la huerta del colegio que albergaría el banco de semillas. Córdoba aseguró que los 120 estudiantes serán los responsables de apropiar el conocimiento adquirido y ponerlo en práctica en el proceso de producción agroecológica.
“Es importante destacar que algunos de los niños y jóvenes forman parte del modelo de educación inclusiva, lo que enriquece aún más la diversidad y el impacto de este proyecto y permite promover el acceso equitativo al aprendizaje y la participación de la comunidad”.
Paralelo a los talleres del banco de semillas, la Subdirección Educativa y Cultural del JBB realizó varios encuentros relacionados con el fortalecimiento de las iniciativas huerteras que hacen parte del PRAE del colegio.
En estas capacitaciones, se les entregaron bitácoras para registrar emociones y aprendizajes y fueron evaluados conocimientos previos sobre agricultura urbana y el valor de las semillas. La actividad principal fue la elaboración de cartografías sobre la percepción de la huerta.
Además de explorar las huertas y sus especies vegetales, se abordaron temas como el reciclaje y la gestión de residuos. Los niños y jóvenes sembraron plántulas de tomate, lechuga y remolacha y le dieron vida a una paca digestora para manejo de residuos orgánicos.
Red de huertas escolares
El pasado viernes 20 de junio, durante una feria ambiental donde los profesores y estudiantes presentaron los avances de las iniciativas del PRAE, el Jardín Botánico inauguró su primer banco escolar de semillas agroecológicas.
El antiguo depósito estaba listo para recibir el nuevo material: 625 gramos de 13 especies y 15 variedades de semillas criollas y nativas provenientes del banco de la entidad, además de varios frascos de vidrio.
“Les llevamos semillas de amaranto, arveja, caléndula, cebada, chía, cilantro, frijol, haba, linaza, maíz, papas nativas (bandera, colombina, cacho de toro, tornillo amarillo y criolla negra) y cubios”, informó Salamanca.
Los 120 estudiantes que hacen parte de este banco satélite lo nombraron Waira, palabra indígena que significa diosa del agua. “Ellos son los protagonistas del proyecto y por eso fueron los que escogieron su nombre”, complementó Gilberto.
Luego de conocer cada uno de los proyectos huerteros del colegio, los directivos y profesionales del JBB se dirigieron a la comunidad estudiantil para informar los pormenores del nuevo banco de semillas.
Wilson Rodríguez, coordinador del grupo de agricultura urbana, informó que Waira se encargará de surtir de semillas nativas y criollas a siete colegios distritales de la zona que también cuentan con huertas consolidadas.
“El objetivo es hacerles préstamos de semillas para que las siembren en sus huertas y luego le devuelvan al banco del colegio Carlos Albán Holguín el doble de la cantidad que sacaron. Con esto también estamos recuperando la ancestralidad del campo”.
Llano Oriental, Francisco de Paula Santander, Porfirio Barba Jacob, Argelia, Parques de Bogotá, Colegio de la Bici y Fernando Mazuera Villegas, son los otros planteles educativos de la localidad de Bosa que harán parte de esta estrategia.
“Queremos que los ocho colegios que hacen parte de esta estrategia de bancos de semillas, conformen una red y así intercambien conocimientos, experiencias y saberes. Todos contarán con nuestra asesoría”, expresó Rodríguez.
Varios colegios distritales de las localidades de Usaquén, San Cristóbal y Usme también quieren trabajar en sus propios bancos de semillas con el apoyo del JBB. Profesionales del grupo de agricultura urbana de la entidad visitarán los sitios propuestos.
Córdoba aseguró que el banco estudiantil de semillas agroecológicas del colegio Carlos Albán Holguín sentará las bases para futuras iniciativas de educación ambiental y agroecología e integrará conocimientos científicos con los saberes tradicionales.
“Este tipo de bancos de semillas permiten a los estudiantes comprender la importancia de la preservación genética de las especies cultivadas, el uso sostenible de los recursos naturales y la autonomía en la producción de alimentos”.
Excelente trabajo, se nota el cambio del lugar, ahora es muy agradable estar allí, hay que continuar trabajando.
Me encanta el proyecto. Los Felicito.
Felicitaciones a niños, niñas y jóvenes que con el liderazgo de maestros y maestras aman a la naturaleza y luchan por ella. La tierra tiene un bonito grupo de protectores.
Éxitos en la labor. Que sigan germinando equipos de vida por la vida.
Cuando se trabaja de corazon obtenemos buenos resultados
Felicidades
Desde la huerta Comunitaria Sembradores de Esperanza del parque Gilma Jiménez,les enviamos buena energía para que de la mano de los docentes y jardín botánico nuestros jóvenes líderes mas espacios cómo esté.
Felicitaciones por tu labor