• El Jardín Botánico de Bogotá (JBB) inauguró su sexto banco de semillas agroecológicas en el Cabildo Indígena Muisca de la localidad de Bosa.
  • Descendientes de este pueblo indígena que veneraba la tierra, el agua y el maíz, serán los custodios de las 21 especies de semillas nativas y criollas de este reservorio.
  • Este banco funcionará a través de préstamos: luego de sembrar las semillas en las huertas, los ciudadanos deberán devolver el doble de la cantidad que obtuvieron.

Una jungla de concreto se impone en la localidad de Bosa. Viviendas y establecimientos comerciales de todas las formas, tamaños y colores, calles pavimentadas y polvorientas y vehículos ruidosos y humeantes, pululan en la mayoría de sus 2.394 hectáreas.

Sin embargo, toda esa mole de cemento esconde un pasado agrícola, ancestral y biodiverso. Durante la época precolombina, este territorio del suroccidente de Bogotá fue habitado por los muiscas, indígenas que veneraban la naturaleza y cultivos como el maíz.

Bosa, palabra chibcha que significa “cercado del que guarda y defiende las mieses (terrenos donde se cultivan cereales)”, fue gobernado por el cacique Techovita. En sitios como el humedal Tibanica, los muiscas realizaban pagamentos a sus dioses.

La paz de este pueblo anfibio llegó a su fin con la llegada de los españoles. Sus tierras fueron testigos de episodios sangrientos por parte del yugo europeo, como los ahorcamientos del zipa Sagipa y Cuxinimpaba y Cucinimegua, herederos del trono de Tisquesusa. 

Los muiscas fueron despojados de sus territorios sagrados y los cultivos y cuerpos de agua que tanto respetaban comenzaron a palidecer. Con el paso de los años, Bosa empezó su urbanización con la construcción de centros educativos religiosos.

A finales de 1940, con la ola de violencia que desató el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el antiguo territorio indígena fue poblado por familias campesinas desplazadas que vieron en sus tierras una mejor opción de vida.

Hoy en día, la localidad número siete de la capital del país está habitada por más de 830.000 personas y cuenta con 280 barrios. En uno de ellos, Bosa San Bernardino, las huellas del pasado muisca siguen vivas.

Se trata del Cabildo Indígena Mhuysqa (Muisca) de Bosa, un grupo conformado por descendientes de los antiguos pobladores del territorio de Bacatá y quienes fueron herederos del antiguo resguardo de Bosa.

“Nuestro plan de vida se basa en tres etapas: el arado, el alistamiento de la semilla y el sembrado. Somos una organización o entidad pública de carácter especial reconocida por el Ministerio del Interior”. 

Banco de semillas ancestral

La agricultura urbana es protagonista en el Cabildo Indígena Muisca de Bosa. La organización le ha dado vida a 45 huertas comunitarias en la localidad, terruños agroecológicos liderados por mujeres y hombres descendientes del pueblo anfibio.

Varios de sus huerteros y huerteras son custodios de las semillas que sembraron los muiscas en los suelos fértiles de Bosa durante la época prehispánica, personas que mantienen vivo el legado de sus antepasados.

Esto fue lo que llevó al Jardín Botánico de Bogotá (JBB) a escoger a este cabildo como uno de los sitios que albergarán los 10 bancos de semillas agroecológicos de la capital, nueve comunitarios y uno institucional ubicado dentro de la entidad.

El lanzamiento de este banco de semillas, el sexto inaugurado por el JBB este año (los otros son los de Engativá, Suba, Sumapaz, Rafael Uribe Uribe y Usme), fue realizado el pasado miércoles 20 de septiembre.

El salón comunal del cabildo, una edificación con su fachada y paredes pintadas con murales que le rinden homenaje a la cultura muisca, fue el escenario escogido para presentarle el banco a la comunidad. 

En el centro de uno de los salones del recinto, decorado con carteles con las palabras chibchas fiba (viento), sie (agua) y gata (fuego), varias de las huerteras muiscas elaboraron una mandala con frascos llenos de semillas, ramos de plantas medicinales y velas blancas.

Más de 40 personas de la comunidad se sentaron en las sillas plásticas organizadas alrededor de la mandala. La mayoría vestía ropa de color blanco y algunos llevaron instrumentos musicales andinos.

El evento inició con el repertorio musical de dos hombres del cabildo. José Julián Chiguazuque puso su voz para entonar varias canciones con letras sobre el maíz, el agua, la tierra, las semillas y la ancestralidad muisca.

“Vamos a realizar una intención de agradecimiento a los espíritus que habitan este espacio terrenal y así dar apertura a este banco comunitario. Los muiscas de Bosa resguardamos las semillas y las sembramos en la tierra para que den frutos y alimentos”.

Martha Orobajó, una de las huerteras más representativas del resguardo, tomó uno de los nueve ramos elaborados con plantas medicinales dulces y amargas que decoraban la mandala y realizó un ritual de sanación.

“Con estas plantas y un aceite medicinal que elaboramos con los productos medicinales de nuestras huertas, vamos a limpiar el espíritu de todos los presentes”, dijo esta mujer descendiente de los muiscas que lidera tres huertas comunitarias.

Javier Garibello, alcalde del cabildo, le rindió un homenaje a los cuatro elementos. “El fuego es el sol que nos ilumina, el agua es la vida en todo sentido, la tierra es la semilla que nos dará alimento y el viento es el que nos da fuerzas para persistir y luchar”.

Los asistentes, guiados por Garibello, pusieron su mano derecha en el corazón para conectarse con la Madre Tierra. “Es vital conectar el corazón del hombre con el corazón de la naturaleza”.

Volver al origen

Terminadas las actividades ancestrales del Cabildo Indígena Muisca de Bosa, el turno fue para los profesionales del Jardín Botánico de Bogotá. Wilson Rodríguez, coordinador del grupo de agricultura urbana, fue el primero.

“Hoy no vamos a ahondar mucho en cómo funciona un banco o reservorio de semillas porque ustedes lo conocen a la perfección. El cabildo de Bosa es conocido por proteger la riqueza ancestral y ambiental del territorio y resguardar las semillas nativas”.

Juan David Córdoba, ingeniero en agroecología del JBB y encargado de liderar el montaje de los 10 bancos de semillas de Bogotá, informó varios aspectos técnicos del reservorio ancestral de la localidad de Bosa.

“Contará con 21 especies nativas y criollas de 48 variedades, como maíces y habas de colores, frijoles de altura, tomates y cebada cervecera. Todas las semillas provienen de custodios de los departamentos de Nariño, Antioquia y Boyacá”.

Según Córdoba, los bancos de semillas agroecológicos funcionarán bajo la modalidad de préstamo. “Luego de obtener las semillas, los ciudadanos deberán sembrarlas en sus huertas y al final devolverle al banco el doble de la cantidad que sacaron”.

El Cabildo Indígena Muisca de Bosa será el encargado de aprobar las solicitudes de los ciudadanos para obtener las semillas del banco. “El ideal es que los usuarios puedan tener acceso a las semillas, las cultiven en sus fincas, las multipliquen y nutran los bancos”.

Sindy Rivera, profesional del JBB y coordinadora de agricultura urbana en las localidades de Bosa y Kennedy, aseguró que el espíritu de los bancos de semillas agroecológicas es salvaguardar la ancestralidad de los territorios.

“Las personas del cabildo son grandes conocedoras de las semillas nativas y criollas. Ahora, con este banco, el objetivo es que otros huerteros las siembren en sus terrenos; de esa forma vamos a rescatar la ancestralidad de los muiscas”.

El banco de semillas de la localidad de Bosa hace parte de las actividades incluidas en un convenio firmado entre el JBB y el cabildo muisca, una alianza que busca fortalecer los procesos de agricultura urbana a través de un enfoque etnocultural.

“Este convenio hace parte del plan de vida del plan parcial El Edén-El Descanso. Realizamos cursos de agricultura urbana y periurbana, capacitaciones y asistencias técnicas a la comunidad del cabildo y el fortalecimiento de sus 45 huertas”, dijo Sandra Moreno, profesional del JBB.

Siembra y comida sana

Diego Huertas, chef del Jardín Botánico, hizo que los rostros de los asistentes al lanzamiento del banco de semillas se llenaran de felicidad con el sabor de dos preparaciones gastronómicas: chicha morada y un taco de vegetales.

“Este taco está hecho con maíz de una huerta agroecológica de Tunjuelito y tiene en su interior un pico de gallo con cebolla, limón, zucchini, piña, tomate y una mayonesa de cubio”.

Rodrigo Intencipa, profesional de agricultura urbana en la localidad de Bosa, explicó algunas de las propiedades de los ingredientes. “El tomate sirve para prevenir el riesgo de cáncer de mama en las mujeres y el de próstata en los hombres”.

Luego de deleitar el paladar con estas muestras gastronómicas agroecológicas, los ciudadanos se dirigieron hacia Ata, una de las huertas comunitarias del cabildo, para sembrar semillas de arveja y habas de colores.

“Hoy cumplimos un sueño que veníamos persiguiendo desde hace mucho tiempo: contar con un banco de semillas propio. Gracias al JBB por ayudarnos en nuestra lucha por conservar la ancestralidad muisca”, expresó Martha Orobajó.

Jhon Barros
Author: Jhon Barros

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Jardín Botánico de Bogotá