- Más de 40 feligreses de las parroquias San Juan Tadeo, San Juan Damasceno y San Ramón Nonato, realizaron el curso básico de agricultura urbana del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).
- Con los conocimientos adquiridos, como la elaboración de semilleros, contenedores, abonos, pomadas, biopreparados y recetas saludables, los católicos montarán huertas en sus casas.
Antes de que el reloj marcara las ocho de la mañana, las campanas de la parroquia San Juan Tadeo, ubicada en el barrio Marco Fidel Suárez de la localidad de Rafael Uribe Uribe, sonaron con fuerza para recordarles a los feligreses que se acercaba la hora de una nueva misa.
El parque principal empezó a perder su soledad con la llegada de los vendedores de tintos y aguas aromáticas y decenas de niños y jóvenes deportistas vestidos con uniformes y balones de fútbol y baloncesto en sus manos.
El olor de los tamales, caldos de costilla, huevos pericos y pan recién salido del horno de las panaderías del sector, abiertas desde bien entrada la madrugada, cubría toda la zona y se mezclaba con el humo de los vehículos que transitaban por la diagonal 45 F sur.
Más de 40 personas, la mayoría de la tercera edad, se agruparon en la entrada de la iglesia de ladrillo. A simple vista parecía que esperaban con ansias ingresar al templo para rezar, cantar o comulgar, pero en esta ocasión ese no era su propósito.
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Una mujer joven salió de la parroquia y saludó cálidamente a los feligreses. Luego los llevó hacia un gran salón ubicado en la parte de atrás de la edificación, donde durante todo el sábado 10 de septiembre iban a aprender sobre agricultura urbana.
Alma Melo y Carmenza Bautista, técnicas del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), los recibieron con los brazos abiertos y los organizaron en las sillas rojas de plástico. El recinto contaba con varias insignias del campo, como semillas de papas y cubios, cajones con tierra y plantas aromáticas.
“Hoy vamos a aprender a crear una huerta urbana a través de los módulos del curso básico de agricultura urbana”, les dijo Alma a los más de 40 feligreses de las parroquias San Juan Tadeo, San Juan Damasceno y San Ramón Nonato.
Luego de una oración por parte del padre de la parroquia San Juan Tadeo, los aplicados alumnos sacaron cuadernos y esferos de sus maletas para anotar con lujo de detalles los nuevos aprendizajes que recibirían en el curso de agricultura urbana.
A dibujar la huerta
Carmenza Bautista fue la encargada de dar inicio al primer módulo de la capacitación, llamado implementación de una huerta agroecológica. En una pantalla blanca proyectó varias diapositivas con imágenes coloridas que sorprendieron a los feligreses.
“El Jardín Botánico es un referente en Latinoamérica en el manejo de la agricultura urbana y periurbana. Realizamos asistencias técnicas, capacitación y fortalecimiento a través de la entrega de los insumos y herramientas necesarias para montar las huertas”.
Durante aproximadamente una hora, la técnica del JBB habló sobre los principales requerimientos para crear una huerta, como el diseño, área, especies de plantas, tipos de siembras, rotación y asociación de cultivos.
Bautista les mostró a sus estudiantes algunas de las 120 especies de plantas que hacen parte de la agricultura urbana en Bogotá, como hortalizas, frutales y plantas medicinales y aromáticas. “Nuestras huertas son policultivos, es decir una asociación de diferentes especies en espacios pequeños”.
Luego de esta introducción sobre la agricultura urbana, los feligreses dibujaron en una hoja blanca de papel cómo soñaban su futura huerta urbana y la llenaron con todos los colores del arcoíris. Algunos incluso se aventuraron a bautizar sus proyectos agroecológicos con nombres campesinos o ancestrales.
“El objetivo de este curso es que mejoren las huertas que ustedes dibujaron con todo lo que aprenderán hoy en el curso básico de agricultura urbana. El ideal es que cada uno de ustedes salga de la capacitación con un diseño sencillo”.
Alimentarse sano
Diego Huertas, chef del Jardín Botánico que recorre todas las localidades de Bogotá enseñándole a la ciudadanía a preparar recetas saludables con las plantas de las huertas, les dejó varios aprendizajes a los feligreses.
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“En este taller les voy a enseñar a preparar un ceviche artesanal con mango, cebolla morada, cilantro, limón, miel, salsa de tomate y maíz. No vamos a utilizar ningún tipo de pescado, ya que las carnes no hacen parte de la mayoría de mis recetas saludables”.
Mientras el chef preparaba el ceviche, los rostros de los feligreses expresaban curiosidad. “¿Cómo va a hacer un ceviche sin pescado?; no creo que vaya a saber igual de rico; la proteína es la que les da la sazón a todos los platos”, fueron algunos de sus comentarios.
Todas las dudas de los curiosos alumnos llegaron a su fin cuando probaron el ceviche artesanal, puesto sobre una galleta de sal. “Sabe mucho más rico que el tradicional. Además de delicioso, este plato es mucho más saludable para nosotros, por nuestra edad es mejor no consumir tanta carne”.
Además del ceviche de mango, los feligreses aprendieron otros tips para hacer recetas saludables que tienen a las verduras como protagonistas, como wraps de lechugas y dulces con papa.
“Al contar con una huerta en nuestras casas nos podemos alimentar mucho mejor, ya que sus hortalizas y verduras no tienen ningún químico. Por ejemplo, con las lechugas hacemos varias recetas, algo que la mayoría de personas ignora porque están asocian a las ensaladas o hamburguesas”.
Semilleros, abonos y contenedores
Los más de 40 feligreses se organizaron en cinco grupos para aprender sobre propagación vegetal, uno de los módulos del curso básico de agricultura urbana del JBB que fue dado por Alma Melo.
La técnica les repartió varias semillas a sus aplicados estudiantes, de especies como papa, cubio, cebolla, cilantro y perejil. “Lo primero que deben saber es que hay dos tipos de propagación: la asexual (que es a partir de una parte de la planta) y la sexual (que es por las semillas)”.
Una de las técnicas que más les llamó la atención a los ciudadanos de estas tres parroquias de Rafael Uribe Uribe fue la elaboración de los semilleros. Alma les dio algunas recomendaciones para crearlos en cascarones de huevo.
“En los cascarones vamos a introducir tierra abonada y la pequeña semilla. El semillero lo podemos ubicar sobre cajas de los huevos y lo primero que va a necesitar es agua. Cuando la planta germine es fundamental ubicarlo en un sitio con mucha luz”.
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Los feligreses le preguntaron a la experta si es cierto que para sembrar es necesario basarse en las fases de la luna. “Claro que sí, la sabiduría de nuestros antepasados es fundamental. La poda se debe hacer en menguante y la siembra cuando hay luna nueva”.
Carmenza Bautista tomó la vocería para hablar sobre abonos y compostaje. Antes de iniciar con este módulo del curso, les entregó a los ciudadanos varias botellas plásticas, tierra, cenizas y residuos orgánicos de las cocinas.
“El compostaje es de suma importancia para una huerta urbana. Hoy vamos a aprender a hacer abonos con los residuos de la cocina y les hablaré un poco de otras técnicas como el lombricultivo y los abonos líquidos”.
Los alumnos picaron todos los residuos de cocina y los fueron organizando en capas en una botella plástica con la tierra y la ceniza. “Luego de algunos meses, en ese contenedor vamos a encontrar un abono listo para aplicar en la huerta”.
Luego del módulo de compostaje, Alma sacó varias botellas plásticas, baldes, canastos y bolsas negras delgadas. “Con estos materiales vamos a aprender a hacer los contenedores donde vamos a sembrar las hortalizas y plantas medicinales de la huerta”.
Según la técnica, el primer paso para elaborar un contenedor es determinar la especie que se quiere sembrar. “Por ejemplo, una botella plástica es ideal para especies de tamaños largos, como la cebolla larga; mientras que las materas y canastos son para especies anchas y con raíces de poca profundidad, como las lechugas”.
Estos contenedores deben contar con bolsas plásticas de color negro en su interior. “Las semillas necesitan de la oscuridad para desarrollarse. También les voy a enseñar algunas técnicas para el riego de las plantas, ya que el ideal es que la huerta sea un espacio bonito y sin desorden”.
El tercer contenedor que mostró Alma tiene como protagonista a una bolsa plástica negra y larga. “Es una de las técnicas más utilizadas en la agricultura urbana para sembrar en áreas reducidas. Son los tubulares, aunque en el argot popular son conocidos como chorizos”.
Los feligreses aprendieron que los tubulares pueden medir desde 60 centímetros hasta tres metros de largo y no más de 33 centímetros de ancho, y que además tienen un sistema de riego interno con una botella.
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“En los tubulares podemos sembrar una amplia variedad de plantas, como lechuga, tomillo, cebolla, zanahoria, remolacha, acelga, espinaca, caléndula, perejil, menta, hierbabuena y rábano”.
Pomadas y manejo de plagas
Luego de almorzar en los restaurantes del barrio Marco Fidel Suárez, los más de 40 feligreses regresaron a su salón de clases para seguir nutriendo su mente con las técnicas de la agricultura urbana.
El primer turno de la tarde fue para el módulo de pomadas elaboradas con algunas de las plantas medicinales de las huertas, como la conocida y sagrada caléndula. Esta clase que fue dada por Carmenza Bautista.
La experta llevó una pequeña estufa y varias plantas medicinales para enseñarles a los ciudadanos a hacer las pomadas. “La caléndula es tan solo una de las plantas de las huertas con propiedades sanadoras. También tenemos analgésicas y desinflamatorias”.
Mientras el salón de la parroquia Marco Fidel Suárez se impregnaba con el olor de la caléndula, Alma Melo se preparaba para brindar el último módulo del curso básico de agricultura urbana del JBB.
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“El objetivo en nuestras huertas es sembrar alimentos sanos, es decir sin aplicar ningún tipo de químico. Sin embargo, las hortalizas a veces se ven afectadas por plagas y enfermedades, las cuales podemos combatir con algunas técnicas sencillas”.
La primera recomendación de la técnica, encargada de fortalecer las huertas de la localidad de Rafael Uribe Uribe, fue la alelopatía. “Los insectos se confunden con algunos olores, colores y sabores de las plantas. Tal es el caso de las amargas, como la ruda y la ortiga”.
Alma hizo bastante énfasis en conocer las propiedades de las plantas antes de sembrar. “Las plantas nos dicen lo que necesitan. También nos permiten elaborar productos para controlar las plagas, como los purines y biopreparados”.
Futuros huerteros
El curso básico de agricultura urbana con la comunidad de estas tres parroquias de la localidad de Rafael Uribe Uribe terminó a las cinco de la tarde. Los feligreses salieron a sus casas con muchos conocimientos y varias semillas para iniciar sus huertas.
Según las técnicas del JBB, la relación con estos ciudadanos se seguirá fortaleciendo. “El paso a seguir es visitar cada una de sus casas para ver las zonas donde se van a montar las huertas, como terrazas y patios”.
Alma Melo será la encargada de asesorar y apoyar a los más de 40 futuros huerteros para que consoliden huertas prósperas y agroecológicas en sus hogares. “La agricultura urbana nos sirve para contar con alimentos saludables y también como terapia”.
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Rafael Uribe Uribe es una de las localidades más fuertes en agricultura urbana de Bogotá. Esta zona del sur de la ciudad cuenta con más de 200 huertas urbanas y periurbanas, cifra que se incrementará con los feligreses que tomaron el curso básico del Jardín Botánico.