• Cerca de 20 niños de los barrios Diana Turbay, Palermo Sur, San Agustín y La Paz, reciben talleres didácticos sobre agricultura urbana por parte del Jardín Botánico de Bogotá (JBB).
  • Estos ‘huerteritos’ sembraron semillas de zanahoria en cascarones de huevos que fueron pintados con ayuda de sus padres y cuidarán el semillero en su salón de clases durante 15 días.
  • Sus papás ya trabajan en la construcción de una huerta en el jardín infantil donde estudian los pequeños, un terreno que reverdecerá a través del amor y la unión familiar.
Huertas Rafael Uribe

El Jardín Botánico siembra la semilla de la agricultura urbana en los niños de Rafael Uribe Uribe.

Fue un día atípico en el Jardín Social Palermo Sur, un sitio de la localidad de Rafael Uribe Uribe ubicado en la calle 49D sur con carrera 2B donde profesores de la Secretaría Distrital de Integración Social y la caja de compensación familiar Compensar les brindan sus primeras clases a cientos de niños de la primera infancia.

Cuando las manecillas del reloj marcaron las siete de la mañana, cerca de 20 niños del grado jardín, acompañados por sus padres, llegaron a la moderna edificación vestidos con algunas de las prendas que utilizan los campesinos para trabajar la tierra, como sombreros de paja o teja, cachuchas, botas de caucho y ropa cómoda.

Sus manos resguardaban huevos vacíos que fueron pintados con todos los colores del arcoíris en sus casas, cascarones que cuidaban como si se tratara de un tesoro y en donde dibujaron caritas, ojos, animales, plantas y las letras de sus nombres y apellidos.

Huertas de Rafael Uribe

En sus casas y con ayuda de sus padres, los niños pintaron el cascarón de los huevos donde luego sembrarían semillas.

Al ingresar al salón de clases, un sitio repleto de juguetes, instrumentos musicales y colores y con las paredes llenas de dibujos hechos por ellos mismos, los pequeños de cuatro años de edad pusieron sus obras de arte en una cubeta de cartón y las vigilaban meticulosamente desde sus coloridos pupitres.

Alma Melo, técnica del Jardín Botánico de agricultura urbana en la localidad de Rafael Uribe Uribe, causó una algarabía en el recinto. Cuando la vieron, los niños recordaron la tarea que les había puesto hace 15 días y comenzaron a mostrarle cada uno de sus tesoros.

“Este es mi huevo profe, es un cangrejo que mi mamá me ayudó a pintar”, dijo Julián (*). “El mío tiene ojos que se mueven”, complementó Mauricio (*), mientras que Viviana (*) mostró todas las caritas que pintó con ayuda de su familia.

Huertas Rafael Uribe

Los niños asistieron al taller de agricultura urbana con sombreros y gorros campesinos.

Las profesoras del jardín organizaron una hilera con las sillas para que los niños se sentaran y escucharan la nueva actividad que iban a realizar con sus huevos. “Hoy les voy a enseñar a sembrar pequeñas semillas en cada uno de los huevos; ustedes las van a cuidar y darles mucho amor para que se puedan convertir en plantas”, informó la experta del JBB.

Clases al aire libre

En fila india y siempre custodiados por sus profesoras, los niños se dirigieron hacia la zona verde del jardín, una zona de pendiente con árboles de gran porte, miles de plantas florecidas y donde anidan algunas de las aves que habitan en el sur de Bogotá.

Los pequeños se sentaron al frente de un terreno encerrado por una cerca de madera, un sitio donde se construirá una huerta urbana. “En este lugar sus papás nos van a ayudar a sembrar muchas hortalizas y verduras, las cuales podrán probar en cada una de sus casas. ¿Cómo les gustaría que se llamara esta huerta?”, les preguntó Alma.

Huertas Rafael Uribe

Los niños sembraron semillas de zanahoria en los huevos que pintaron.

Sin ningún rastro de timidez o pena, los niños gritaron a todo pulmón los nombres que llegaban a su mente: ‘El huevo’, ‘Las flores’ y ‘Las hojas’ fueron los primeros. La técnica del JBB los puso a observar el verde del lugar, un color que los inspiró.

“Estos árboles forman un bosque, un hermoso lugar que nos brinda el aire que respiramos, el agua que tomamos y que además es el hogar de muchos animales. ¿No les gustaría que la huerta se llamara ‘El Bosque’?, dijo la experta.

Todos estuvieron de acuerdo y gritaron sincronizadamente la palabra ‘sí’. Alma sacó de su maleta varios vasos plásticos y los llenó a la mitad con pequeñas semillas de zanahoria, cilantro, maíz y rábano, algunos de los productos que se siembran y cosechan en las huertas urbanas de Bogotá.

Huertas Rafael Uribe

Antes de sembrar, los niños escucharon los sonidos de las semillas y aprendieron sobre su importancia.

“De estas semillitas salen las zanahorias y el cilantro que comemos en las ensaladas y sopas. Estas más grandes son de maíz, los granos que vemos en las mazorcas que las mamás preparan en las casas”, informó Alma.

Los niños estaban bastante curiosos por las formas y colores de las semillas. Ante esto, la técnica del JBB comenzó a agitar los vasos plásticos para que los niños escucharan los sonidos de las semillas y empezó a contarles un cuento.

“Todas las semillas del mundo querían ser sembradas. Todas se unieron y con sus sonidos comenzaron a decir que por favor las sembraran para convertirse en hermosas zanahorias y cilantros. Eso es lo que vamos a hacer en cada uno de sus huevitos”.

Huertas Rafael Uribe

Todos los niños sembraron semillas de zanahoria en los huevos que pintaron en sus casas.

Las docentes del jardín Palermo Sur fueron sacando los huevos de la cubeta para que cada uno de los niños aprendiera a sembrar las semillas de zanahoria. El primer paso fue llenar los cascarones vacíos y pintados con la tierra fértil que llevó Alma, una actividad realizada por los pequeños.

Luego, con un palillo humedecido con agua, cada niño sacó cuidadosamente una de las diminutas semillas de la zanahoria, la cual depositaron en el huevo y cubrieron con una pizca de tierra.

Huertas Rafael Uribe

El semillero de zanahorias será cuidado por los niños en su salón de clases durante 15 días.

Con todas las zanahorias sembradas, los huevos volvieron a su cubeta y se convirtieron en el primer semillero de estos ‘huerteritos’ de la localidad de Rafael Uribe Uribe, el cual cuidarán en su salón de clases durante aproximadamente 15 días.

“Ustedes van a ver cómo va naciendo una pequeña planta dentro del huevo, la cual luego vamos a sembrar en la huerta del jardín para que así se convierta en una hermosa zanahoria. Ustedes son los papás de estas semillas, por lo cual deben darles mucho amor y cariño”, precisó Alma.

Huertas Rafael Uribe

De la tierra de este huevo saldrá una planta de zanahoria.

Nueva huerta

El jardín social Palermo Sur educa a cientos de niños desde sala cuna hasta los cuatro años de los barrios Diana Turbay, Palermo Sur, San Agustín y La Paz. Son pequeños de padres trabajadores, madres cabeza de familia o con sus derechos vulnerados.

Este año, las directivas del jardín se comunicaron con el Jardín Botánico de Bogotá para que les ayudara a montar una huerta urbana en sus instalaciones, un proceso que contará con la participación de los padres de familia y sus hijos.

Huertas Rafael Uribe

En este terreno, los padres de los niños le darán vida a una huerta urbana.

“Como es un trabajo bastante pesado, los padres, su mayoría madres cabeza de familia, se encargarán del montaje de la huerta. Entre tanto, con los niños que fueron seleccionados por el jardín realizaremos cuatro talleres educativos y didácticos sobre agricultura urbana; el primero fue sobre las semillas”, manifestó Alma.

Los padres ya cumplieron con el primer compromiso para consolidar la huerta: picar el suelo. “El ideal es definir los días que van a trabajar en la huerta. Como son padres que trabajan duro para llevar la comida a la casa, lo que les propusimos es hacer las actividades a las siete de la mañana, cuando dejan a sus hijos en el jardín”.

Expertos del Jardín Botánico, liderados por Alma, se encargarán de capacitar a los padres de familia. “Nosotros nos adaptamos a los horarios y necesidades de los padres. Será un proceso lento pero muy importante porque contará con la participación de los niños”.

Huertas Rafael Uribe

Las semillas fueron el primero de los cuatro talleres que hará el JBB con los niños de la localidad.

La actividad con los huevos y las semillas que sembraron los pequeños tiene como objetivo generar pertenencia con la huerta. “Ya aprendieron de dónde vienen las verduras y hortalizas y que las semillas necesitan de agua para sobrevivir. Ahora su responsabilidad es regar el semillero durante los próximos 15 días”.

El próximo taller será sobre reciclaje, donde Alma enseñará que los envases plásticos se pueden reutilizar para sembrar. “En la zona hay muchos residuos inorgánicos. El ideal es que aprendan a sembrar lechugas y acelgas en las botellas plásticas y conozcan sobre el reciclaje”.

En otro taller, los niños ayudarán a preparar fungicidas e insecticidas orgánicos, proceso que según Alma es bastante sencillo. “Lo primero que haremos es sensibilizar su olfato con varias plantas, para que así identifiquen sus aromas y si son dulces o amargas”.

Huertas Rafael Uribe

Los niños también conocieron las semillas de maíz.

Con algunas de estas plantas, los pequeños conocerán cómo se elaboran los hidrolatos que controlan las plagas y enfermedades en los cultivos. “La tarea será echar algunas hojas en canecas con agua lluvia, una preparación que van a revolver”.

Por último, un chef irá al jardín a preparar varios alimentos sanos. “El objetivo es preparar alimentos sin tanto dulce. Los alimentos endulzados están entre los que más hacen daño a la salud y son consumidos por la mayoría de los niños”.

(*) Los nombres de los niños fueron cambiados por seguridad.

 

Huertas Rafael Uribe

Las plantas de zanahoria que nazcan en este semillero luego serán sembradas en la huerta del jardín infantil.

Jhon Barros
Author: Jhon Barros

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Jardín Botánico de Bogotá