- Está ubicado en las instalaciones del Centro de Desarrollo Comunitario (Cedeco) del barrio Palermo Sur y alberga semillas de 21 especies y 48 variedades.
- Los huerteros de esta localidad del sur de la ciudad pueden acceder a estas semillas en modalidad de préstamo, es decir que deberán regresar el doble de la cantidad que soliciten.
- El Jardín Botánico de Bogotá (JBB) tiene como meta consolidar nueve bancos comunitarios de semillas agroecológicas en la capital.
Los adultos mayores, madres cabeza de familia, personas con alguna discapacidad, problemas de drogadicción o víctimas de la violencia de la localidad de Rafael Uribe Uribe, tienen un espacio para realizar diversas actividades sociales y ambientales.
Se trata del Centro de Desarrollo Comunitario (Cedeco) del barrio Palermo Sur, un sitio ubicado en una zona montañosa donde las protagonistas son las hortalizas, plantas aromáticas y medicinales y varios frutales.
Este espacio donde se realizan proyectos sociales que benefician a la comunidad vulnerable cuenta con dos huertas: una fue montada por el personal de Cedeco y personas del barrio con asesoría del Jardín Botánico de Bogotá.
“El predio estaba lleno de basura, escombros y roedores. Realizamos varias jornadas de trabajo con las directivas del centro de desarrollo y la comunidad para limpiar y adecuar el terreno; luego les brindamos el curso básico de agricultura urbana”, dijo Alma Melo, técnica del JBB.
La otra huerta es la de Casitas Bíblicas, una corporación que lidera actividades comunitarias conformada por mujeres y hombres de la tercera edad de varios barrios de la localidad de Rafael Uribe Uribe.
“Cedeco les prestó una parte de su terreno a Casitas Bíblicas. 12 adultos mayores, luego de recibir el curso de agricultura urbana, le dieron vida a esta huerta comunitaria que ahora les sirve como terapia y ganan recursos económicos con la venta de hortalizas”.
Nancy Andoa, una peruana experta en semillas nativas, es la encargada de liderar a este grupo comunitario. “Todos tenemos huertas en nuestras casas y decidimos montar una comunitaria para contar con un espacio de integración”.
Según la líder, este lote comunitario les ha permitido conectarse con sus raíces campesinas y aprender más sobre agricultura urbana. “Lo más importante es compartir los conocimientos sobre la tierra y las plantas que cada uno tiene. Honramos a la Pacha Mama y fortalecemos nuestros tejidos comunitarios”.
Reservorio de semillas
El Jardín Botánico de Bogotá tiene como meta consolidar nueve bancos de semillas agroecológicas comunitarios en las localidades de Suba, Usme, Rafael Uribe Uribe, Bosa, Sumapaz, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Usaquén y Fontibón.
El primero que vio la luz fue el de la entidad, el banco de semillas madre de la ciudad. Está ubicado dentro de una maloca, donde 154 frascos de vidrio albergan las semillas, la mayoría nativas de Colombia como papa, maíz, quinua y amaranto.
La huerta Micaela, en la localidad de Suba, fue escogida como segundo banco de semillas del Distrito. Este terreno cuenta con una alta variedad de hortalizas y plantas medicinales, las cuales son comercializadas en los Mercados Campesinos Agroecológicos.
El JBB seleccionó a Rafael Uribe Uribe como la tercera localidad para albergar su propio banco de semillas. Desde que se enteró de la noticia, Alma Melo pensó en el Cedeco del barrio Palermo Sur.
“Además de contar con dos huertas donde participa la comunidad, tiene la infraestructura para montar el banco de semillas en las mejores condiciones. Le propusimos el proyecto a Zoila Cueto, coordinadora de Fe y Alegría, y ella aceptó encantada”.
Juan David Córdoba, ingeniero en agroecología encargado de liderar el montaje de los bancos de semillas de Bogotá, realizó cuatro talleres con el personal de Cedeco y la comunidad huertera de la zona.
“El primer taller fue sobre la biología y botánica de las semillas, aprendizajes que les permitieron identificar si son criollas, híbridas, transgénicas o con manejo agroquímico; el segundo fue sobre el funcionamiento de los bancos”.
En este taller los huerteros aprendieron que funcionan como un banco tradicional a través de préstamos de semillas. “El huertero debe devolver el doble de las semillas que obtuvo del préstamo con el banco”.
Almacenamiento adecuado y extracción de semillas fueron los principales temas del tercer taller. “En el cuarto conocieron las mejores técnicas para sembrar las semillas de una manera agroecológica en sus huertas, además de prácticas para combatir las plagas”.
Patrimonio para la comunidad
Más de 50 huerteras y huerteros de las cinco UPZ de la localidad de Rafael Uribe Uribe, se dieron cita en uno de los salones del Cedeco del barrio Palermo Sur para participar en el lanzamiento del tercer banco de semillas agroecológico de Bogotá.
Sobre una mesa plástica estaba todo el material que le daría vida a este banco: semillas de 21 especies y 48 variedades contenidas en 58 frascos de vidrio, que luego fueron organizados en una repisa elaborada con madera reciclada.
Sebastián Niño, coordinador de agricultura urbana de las localidades de Rafael Uribe Uribe, Sumapaz y Usme del JBB, fue el encargado de inaugurar el evento y agradecer a su equipo por trabajar con la comunidad en la creación del banco de semillas.
“Estos bancos son pioneros en Colombia; ningún otro sitio del país cuenta con estos espacios en zonas urbanas. Este proceso no ha sido fácil especialmente porque es complicado conseguir y comprar semillas agroecológicas”.
Según Niño, las semillas de los bancos del JBB provienen de sitios como Nariño, Antioquia y Boyacá. “Todas tienen procesos de cientos de años de nuestros antepasados campesinos que han hecho un mejoramiento tradicional y lograron adaptarlas a las condiciones de sus sitios”.
Luego, Juan David Córdoba se encargó de refrescarles a los huerteros y huerteras los conocimientos adquiridos en los cuatro talleres y les recalcó que es un proceso de corresponsabilidad comunitaria sin interés monetario.
“El objetivo es que resguarden y multipliquen estas semillas, además de garantizar su seguridad alimentaria. Ustedes van a ser custodios de estas semillas, en especial de las nativas, y se encargarán de multiplicar la cantidad”.
El banco de semillas de Rafael Uribe Uribe cuenta con especies como maíz, frijol, trigo, haba, cilantro, quinua, cebada, amaranto, arveja, uchuva y lechuga. Las solicitudes para los préstamos serán el último miércoles de cada mes en el Cedeco, entre las 10 y 11 de la mañana.
Zoila Cueto, coordinadora de Fe y Alegría, será la encargada de liderar este banco, seleccionar a los huerteros que podrán recibir los préstamos de las semillas e informarle al JBB sobre el proceso.
“El banco de semillas es un patrimonio de la comunidad de la localidad que debemos cuidar, proteger y sentirnos todos partes de él. A través de las semillas vamos a volver a nuestras raíces, ya que en la ciudad hemos perdido esa identidad campesina”.
Para Cueto, este banco de semillas es un tesoro para los campesinos. “Es muy importante la conexión entre el saber intelectual y ancestral. La tierra y la semilla conectan el universo con la persona, fortalecen la autoestima y recuperan el cuerpo”.
Luego de probar un plato agroecológico con varias de las plantas que salen de las huertas del Cedeco, preparado por el chef del JBB Diego Huertas, los participantes sembraron varias semillas en tres eras del sitio.
Rosa Victoria Jerez, una mujer que se conectó con sus raíces campesinas en este lugar del barrio Palermo Sur, aseguró que con este nuevo banco de semillas va a seguir sanando las heridas del pasado.
“Sembrar me ha permitido disminuir un poco la tristeza que me dejó la pérdida de Lizet Jimena, una de mis hijas. La huerta y ahora las semillas me servirán como terapia para vivir con ese dolor tan enorme; las plantas me dan mucha tranquilidad”.
Múltiples beneficios
Los bancos de semillas agroecológicas del JBB hacen parte de la estrategia ‘Bogotá es Mi Huerta’, columna vertebral del Programa de Agricultura Urbana y Periurbana liderado por la entidad.
“El ideal es que el esquema de intercambio de semillas se traduzca en cultivos renovados para los huerteros, emprendimientos y un mecanismo para rescatar, reivindicar y resignificar el valor de las semillas que hacen parte de la cultura de los pueblos ancestrales y la diversidad natural de Bogotá”, aseguró Martha Liliana Perdomo, directora del JBB.
Estos reservorios ancestrales en medio de la urbe ofrecen varios beneficios. Por ejemplo, promueven la conformación de depósitos de semillas con enfoque colaborativo y de intercambio y transferencia de saberes.
“También brindan condiciones de adaptabilidad genética a las condiciones climáticas. Por eso, se efectuará la siembra de parcelas demostrativas que son las encargadas de conservar y multiplicar las semillas agroecológicas de manera constante”, complementó Perdomo.
Los agricultores urbanos seleccionan la mejor fracción de sus cultivos de cada generación para la obtención de semillas más resistentes frente a plagas y enfermedades. “Podrán adaptarse a condiciones agroclimáticas como temperatura, suelo y disponibilidad de agua”.