- Tejidos Urbanos, iniciativa de la primera dama del Distrito, Carolina Deik, fortaleció su segunda huerta urbana en la ciudad.
- Se trata de un proyecto huertero de aprendizaje e investigación de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana, un terreno de 20 metros cuadrados con especies de ciclo corto.
- La Constructora Bolívar donó el material para construir tres nuevas camas elevadas y el Jardín Botánico brindó asesoría técnica y 260 plántulas.
En 1992, cuando el ingeniero forestal Carlos Devia Castillo ingresó a trabajar en la Pontificia Universidad Javeriana, se trazó un proyecto personal y académico: pintar de verde el campus universitario con una vegetación que ofreciera servicios ecosistémicos adecuados.
Según el doctor en ingeniería, magíster en desarrollo rural y especialista en manejo forestal de bosques tropicales, el reto consistía en consolidar coberturas vegetales que le brindaran soporte a la fauna, regularan el clima y suministraran alimentos.
“Empezamos a encontrar una aproximación a esa vegetación por medio de la siembra de frutales y plantas medicinales y aromáticas, especialmente en una zona aledaña donde está la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales”.
De esta manera, las zonas verdes que rodean al edificio José Rafael Arboleda Cabrera, ubicado en la transversal 4 con calle 42 y a pocos metros de la avenida Circunvalar, se pintaron con los colores de diversas especies de plantas.
Hace aproximadamente 10 años, Carlos, profesor de pregrado y posgrado de la carrera de ecología en esta facultad creada en 1997, empezó a darle forma a una huerta urbana con los estudiantes que cursaban la asignatura de árboles y ciudad.
Luego de identificar espacios pequeños cerca del edificio, el docente y sus alumnos utilizaron varios materiales reciclados para poder sembrar hortalizas y plantas medicinales, como viejas tablas de madera, marcos de puertas, guaduas y macetas.
El resultado fue una huerta lineal diseñada por los mismos estudiantes en las horas de clase, aproximadamente 20 metros cuadrados donde las técnicas de siembra no son las protagonistas y el común denominador es la diversidad de especies.
“A la asignatura de árboles y ciudad le incorporamos el programa de aprendizaje y servicio para que los estudiantes, las conserjes (trabajadoras de servicios generales de la facultad) y el público final, se vincularan a los procesos de la huerta”, mencionó Carlos.
Los alumnos se convirtieron en los maestros de las conserjes y les enseñaron las técnicas que utilizaban para sembrar. Ellas, por su parte, les compartían sus conocimientos campesinos. “La huerta se convirtió en un espacio de aprendizaje, servicio e intercambio de saberes”.
La huerta de la comunidad estudiantil de la Universidad Javeriana fue nombrada Techetsa, una palabra de los indígenas kamsá del valle del Sibundoy en el departamento de Putumayo que significa ‘lugar a la sombra de un árbol’.
“Con el paso de los años, nuestro proyecto huertero se convirtió en un espacio que fusiona tres componentes: docencia en las horas de clase; investigación porque siempre nos planteamos preguntas y retos; y servicio porque estamos produciendo alimentos saludables”, indicó el docente.
¡A fortalecer la huerta!
A mediados de mayo de este año, Carlos fue contactado por el equipo de Carolina Deik, la primera dama del Distrito, para que hiciera parte de un proyecto que busca fortalecer la confianza ciudadana y el liderazgo local.
Se trata de Tejidos Urbanos, estrategia que tiene como objetivo transformar la ciudad desde sus barrios a través de acciones como el embellecimiento y revitalización de los espacios públicos, además de promover la cohesión social y el sentido de pertenencia.
“Me informaron que la idea era fortalecer nuestra huerta Techetsa por medio de una articulación entre la empresa privada y el Distrito; la primera daría donaciones y el segundo, puntualmente el Jardín Botánico de Bogotá (JBB), brindaría insumos y asistencia técnica”.
El docente de ecología de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana aceptó encantado la propuesta. A los pocos días, Mónica León, profesional del grupo de agricultura urbana del JBB en la localidad de Chapinero, visitó la huerta.
“Como el profesor Carlos y sus estudiantes ya tenían una huerta consolidada, en esta ocasión el proyecto se enfocó en fortalecer el proceso de agricultura urbana con el montaje de tres nuevas camas elevadas que abarcan cerca de tres metros cuadrados”, informó León.
La Constructora Bolívar se encargaría de donar el material necesario para las camas, como las tablas de madera, el sustrato y varias herramientas. El Jardín Botánico, además de la asesoría técnica, daría parte del material vegetal.
“Acordamos sembrar especies de ciclo corto, una decisión que responde a la rotación semestral de los estudiantes que participan en el proyecto. Nuestro compromiso fue suministrar 260 plántulas”, mencionó Mónica.
Lechuga crespa, acelga, mizuna roja, rábano, zanahoria, tomate cherry, cilantro y cebolla puerro, fueron las especies escogidas por el JBB. Carlos y sus alumnos enriquecerían las tres camas con ajos y papas nativas.
“Nosotros nos encargamos del diseño de la nueva parte de la huerta. Por ejemplo, la primera cama tendría una profundidad de 40 centímetros y las dos restantes de 20. Las plántulas se sembrarían con una distancia de 10 centímetros y en líneas de a cuatro”, precisó el docente.
Según Mónica, más allá de su función de producción de alimentos, la huerta comunitaria Techetsa es un microespacio de aprendizaje, apropiación territorial y construcción comunitaria donde se impone la investigación.
“En este espacio se genera conocimiento colectivo y se promueve la participación activa de la comunidad universitaria en torno a temas ambientales y alimentarios. Por eso, respetamos todas las ideas técnicas que tenían para el nuevo montaje”.
Lanzamiento
Durante aproximadamente dos semanas, Carlos, algunos de sus estudiantes y varios operarios del Jardín Botánico montaron la nueva estructura de madera de la huerta Techetsa, un sitio ubicado al frente de un almacén.
El jueves 12 de junio, el docente llegó más temprano a la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales para ultimar los últimos detalles. El espacio tenía que estar impecable porque ese día sería el lanzamiento de la renovación de la huerta.
A las nueve de la mañana, más de 50 personas llegaron al sitio para conocer el nuevo aspecto de este proyecto huertero con espíritu investigativo. Lo primero que encontraron fueron tres camas perfectamente armadas, pero sin ninguna planta.
“Hoy todos vamos a sembrar las más de 200 plántulas que nos dio el Jardín Botánico y los ajos y papas nativas que trajimos. La renovada Techetsa contará con muchas manos amigas y por eso invitamos a los estudiantes y a nuestras hermosas conserjes”, mencionó Carlos.
Juan Pablo Cantor, ecólogo de la Universidad Javeriana que participó en la huerta durante sus años como estudiante, no podía ocultar la emoción al ver la evolución del proyecto liderado por su maestro de ecología.
“Esta nueva infraestructura les va a permitir dar marcha a nuevas investigaciones. Estoy muy feliz al ver que siguen participando muchos estudiantes y todas las mujeres de servicios generales que siembran vida”.
María Claudia García, directora del JBB, se encargó de las palabras protocolarias del lanzamiento de la nueva huerta, un terruño agroecológico que ha vinculado activamente a cerca de 50 personas de la universidad.
“Es muy grato mostrar cómo la unión entre el Distrito, la academia y la empresa privada, en este caso la Universidad Javeriana y la Constructora Bolívar, suma esfuerzos para construir espacios transformadores. Esta huerta les permitirá seguir aprendiendo de las ciencias de la tierra”.
Techetsa se convirtió en la segunda huerta comunitaria en ser fortalecida por Tejidos Urbanos, iniciativa de la primera dama del Distrito que está transformando territorios y comunidades. La primera fue la de la junta de acción comunal del barrio Pardo Rubio, también en la localidad de Chapinero.
“Estamos muy contentos porque esta huerta permite que el programa académico se plasme en la realidad. Estamos seguros que su huerta seguirá brindando muchos conocimientos a la comunidad universitaria”, dijo García.
Germán Darío Álvarez, subdirector técnico operativo del JBB, informó que este proyecto huertero es muy especial porque va más allá de sembrar y cosechar alimentos agroecológicos o recuperar un espacio con una nueva cobertura vegetal.
“En este espacio han participado estudiantes de ecología, arquitectura, biología, medicina, nutrición, ingeniería y odontología, así como personal de servicios generales y de seguridad de la universidad; cada uno de ellos hace parte de la huerta”.
Manos a la tierra
Luego de las intervenciones protocolarias y la presentación musical de la Tuna Javeriana, agrupación fundada en 1968 y conformada por estudiantes y egresados de la universidad, los más de 50 invitados ayudaron a pintar de verde las nuevas eras de la huerta.
Se dividieron en tres grupos, uno en cada cama, y sembraron las lechugas crespas, acelgas, mizunas rojas, rábanos, zanahorias, tomates cherry, cilantros, cebollas puerro, ajos y papas nativas en las cuatro líneas que fueron recreadas con cabuyas.
Carlos y los profesionales del Jardín Botánico se encargaron de asesorar la siembra, una actividad que duró más de una hora y en la que participaron estudiantes, docentes, personal de servicios generales y vigilancia y trabajadores de la Constructora Bolívar.
“La renovación de la huerta nos permitirá consolidar nuevos proyectos. Por ejemplo, queremos demostrar que la agricultura urbana puede superar a la agricultura comercial si se hace un buen uso de la tecnología para mejorar los procesos”, afirmó el docente.
Para el líder de Techetsa, uno de sus retos es romper con el paradigma de que las huertas urbanas deben utilizar las mismas técnicas de siembra. “Acá utilizamos distancias de siembra de 10 centímetros y no cosechamos toda la planta; le arrancamos las hojas”.
“Como universidad fue muy valioso el intercambio de conocimientos con el Jardín Botánico. Esto nos permitió generar nuevos aprendizajes a través de las visiones que cada uno tenemos; ya estamos adelantando un proyecto de sembrar lechugas en espacios oscuros con bombillos led”.
También va a implementar un sistema de riego utilizando una tubería de cobre que no se oxida, es amigable con el ambiente y controla las babosas. “Techetsa es una huerta ecológica y por eso no quisimos pintar la madera de las nuevas camas”.
Con la participación de sus estudiantes y el personal de servicios generales y vigilancia de la universidad, Carlos seguirá trabajando en consolidar esta huerta de Chapinero en un laboratorio de aprendizaje y experimentación colectiva. “La investigación es nuestro espíritu”.
El lanzamiento de la segunda huerta del proyecto social y ambiental de la primera dama distrital terminó con una muestra gastrobotánica liderada por Diego Huertas, chef del Jardín Botánico, y su equipo de trabajo.
Los más de 50 asistentes probaron un taco saludable con una tortilla de amero de maíz, un mix de lechugas asiáticas, hojas baby de algunas plantas de la huerta, tres mayonesas, pollo confitado y brotes de cilantro y alfalfa.
“Muchas personas piensan que lo único que se puede hacer con las plantas de la huerta son ensaladas. Nos encantaron las salsas de aguacate y maíz y el jugo de uchuva con jengibre y albahaca que nos prepararon”, dijeron las mujeres de servicios generales de la universidad.
Me gustaría conocer ja huerta y que me apoyaran para mi huerta familiar Gracias
Me gustaría conocer ja huerta y que me apoyaran para mi huerta familiar y estar en los talleres que realiza la universidad